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Unas dosis altas de ácidos grasos omega 3 podrían proteger de daños adicionales a los pacientes de ataque cardiaco, sugiere un estudio preliminar.
La investigación incluyó a 374 supervivientes de ataque cardiaco que recibieron el tratamiento estándar y tomaron una dosis solo disponible con receta de 4 gramos de ácidos grasos omega tres cada día, o un placebo. Los investigadores dijeron que las personas probablemente no podrían obtener ese nivel de ácidos grasos omega 3 solo de la dieta. Para ilustrar el tamaño de la dosis, los investigadores anotaron que 4 gramos de ácidos grasos omega 3 es el equivalente de comer 8 onzas (unos 227 gramos) de salmón.
Usando IRM, se realizaron escáneres a los corazones de los pacientes dos semanas, cuatro semanas y seis meses tras el ataque cardiaco.
En comparación con los que tomaban el placebo, los pacientes que tomaron las cápsulas de omega 3 tenían unos niveles más bajos de inflamación, y un 39 % menos de probabilidades de presentar un deterioro de la función cardiaca. También hubo menos engrosamiento o cicatrización de las áreas del corazón que no fueron dañadas de forma directa durante el ataque cardiaco. Ese engrosamiento, también conocido como fibrosis, con frecuencia se desarrolla cuando el músculo cardiaco sobreviviente trabaja más para compensar por el tejido dañado, según los investigadores.
Los pacientes con un aumento del 5 % en la cantidad de ácidos grasos omega 3 en sangre parecieron los más propensos a beneficiarse de los complementos.
El estudio fue presentado el 16 de marzo en la reunión anual del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology, ACC), en San Diego. Las investigaciones presentadas en reuniones se deben considerar preliminares hasta que se publiquen en una revista revisada por profesionales.
«Administrar una dosis alta de aceite de pescado [ácidos grasos omega 3] poco después de un ataque cardiaco parece mejorar la estructura cardiaca y el funcionamiento del corazón más que la atención estándar», señaló en un comunicado de prensa del ACC el autor principal del estudio, el Dr. Raymond Kwong. Kwong es director de imágenes de resonancia magnética cardiacas del Hospital Brigham and Women’s, en Boston.
«Dado que este es un grupo único de pacientes con un cumplimiento sorprendentemente algo de los tratamientos [dirigidos por las directrices] para el [ataque cardiaco] agudo, nos sentimos bastante confiados de que los beneficios del complemento son aditivos. Las implicaciones de este estudio podrían ser bastante grandes», aseguró Kwong.
Investigaciones anteriores han mostrado que los ácidos grasos omega 3 podrían reducir el riesgo de problemas del ritmo cardiaco y de muerte por ataque cardiaco.
«El aceite de pescado [los ácidos grasos omega 3] podría tener efectos antiinflamatorios y también fomentar una mejor curación cardiaca», planteó Kwong. «Esto es importante porque otros agentes antiinflamatorios, como los esteroides y los AINE, no han logrado plantear una diferencia después [de un ataque cardiaco]».
Cada año, unos 735 000 estadounidenses sufren un ataque cardiaco, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
marzo 26/2015 (HealthDay News)