Los polímeros terapéuticos, compuestos por un principio activo, un polímero y un enlace químico, ayudan a modular el valor terapéutico de los antitumorales. Su manejo está dando resultados incluso en casos de cáncer en estadio avanzado.

María Jesús Vicent, responsable del Laboratorio de Polímeros Terapéuticos del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), de Valencia, está analizando su papel, entre otros, en cáncer de mama. «Estamos desarrollando polímeros terapéuticos de combinación teniendo en consideración las particularidades de cada tipo de tumor. Con estos nanofármacos se consigue que un cóctel de fármacos se administre como dosis única, con beneficios tanto en la producción como en la mejora de la calidad de vida del paciente», ha apuntado.

Además, la llegada al mismo tiempo de los fármacos dentro de la célula tumoral está garantizada, «favoreciendo posibles efectos sinérgicos, además de reducir significativamente cualquier efecto secundario del tratamiento».

Esta aproximación ofrece, según Vicent, una nueva oportunidad para el tratamiento del cáncer de mama metastásico quimiorresistente. «Por ejemplo, además de aumentar la actividad de un quimioterápico por la presencia de otro principio activo (terapia endocrina o terapias dirigidas), esta plataforma tecnológica es de aplicación sistémica intravenosa (muy adecuada para metástasis con elevada angiogénesis) y su mecanismo de internalización celular (endocitosis) permite evitar mecanismos de resistencia».
febrero 18/2015 (Diario Médico)

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