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El nuevo protocolo Dolor Pélvico Crónico en la mujer: diagnóstico y tratamiento inicial, elaborado por la sección de Suelo Pélvico de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), tiene como objetivo «la prevención secundaria del dolor pélvico crónico (DPC), estimulando el reconocimiento de los factores etiológicos que favorezcan la cronificación, sensibilización central-memoria del dolor y repercusión psicobiofísica del problema». Así lo ha resumido Eloy Moral, jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Complejo Hospitalario de Pontevedra.
El experto considera fundamental «que el profesional pueda disponer de una estrategia de anamnesis, exploración física sistemática y opciones de tratamiento sintomático del dolor, que permitan ser aplicados en casos de dolores pélvicos crónicos o en dolores en vías de cronificación». Por este motivo, el protocolo se acompaña de un algoritmo para el diagnóstico y el manejo del DPC.
En casos de dolor neuropático puede no valer el patrón de la OMS y los fármacos se usarían según la etiología del dolor pero asociados a antiepilépticos y antidepresivos»
Reducir la variabilidad
El documento persigue la disminución de la variabilidad en la práctica clínica en el diagnóstico y tratamiento del DPC, aplicando la mejor evidencia científica disponible. De este modo, «el profesional puede valorar desde el inicio a la paciente, con la intención de diseñar un programa de manejo que esté consensuado y centrado en ella».
El protocolo, que se ha presentado en Bilbao en el marco de la celebración del VII Congreso Nacional de Suelo Pélvico, organizado por la sección de Suelo Pélvico de la SEGO con la colaboración del Hospital Cruces (Servicio Vasco de Salud-Osakidetza), apuesta en lo relativo a los procedimientos básicos para el diagnóstico por el «establecimiento de una serie de circuitos ambulatorios de atención rápida y coordinada para llegar lo antes posible al diagnóstico y evitar demoras injustificadas en el tratamiento».
En este campo incluye la realización de una adecuada anamnesis, que recoja la evaluación del tipo de dolor, así como su origen y su valoración en escalas analógicas y numéricas.
Exploración
También se hace hincapié en la exploración física en bipedestación, la exploración abdominal en decúbito supino y en silla ginecológica, y la posibilidad de realizar, en función de la clínica o de la sospecha diagnóstica, pruebas de laboratorio (sangre, orina, citología cérvico-vaginal y exudado vaginal), de imagen (fundamentalmente, ecografías, aunque sin descartar otras pruebas) y, finalmente, efectuar una valoración psicológica básica.
El abordaje inicial se expone en el protocolo haciendo un repaso del tratamiento farmacológico, incluyendo la actuación según la intensidad de la escalera analgésica de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, Eloy Moral ha recordado que «en casos de dolor neuropático puede no valer el patrón de la OMS y los fármacos se emplearían en función de la etiología del dolor pero asociados a antiepilépticos y antidepresivos». El documento repasa los tipos de fármacos más empleados para el tratamiento del dolor, entre los que se encuentran los analgésicos, antidepresivos y anticonvulsionantes.
Terapia multidisciplinar
El protocolo de la SEGO señala la conveniencia de derivar a un equipo profesional especializado en DPC aquellos casos que se presenten «con una mala respuesta a los tratamientos iniciales, con ausencia de hallazgos específicos que expliquen el cuadro doloroso y aquéllos con comorbilidad sintomática desde el inicio con evidente afectación psicológica».
El documento implica dentro de esta estructura de equipo a una larga lista de especialistas:anestesiólogos de unidades de dolor, ginecólogos, urólogos, gastroenterólogos, coloproctólogos, fisioterapeutas, psicólogos clínicos, médicos rehabilitadores y enfermeros hospitalarios, «siendo también precisa la colaboración de médicos y enfermeros de atención primaria». También aboga por la realización de reuniones periódicas o sesiones clínicas específicas.
En caso de dudas tras la puesta en práctica de la metodología diagnóstica básica, en el protocolo se recogen una serie de pruebas complementarias que pueden realizarse; asimismo, en el tratamiento especializado multidisciplinar se apuntan técnicas como la psicoterapia, las técnicas neuroablativas y bloqueos nerviosos o las técnicas de fisioterapia.
Técnicas que cambian el enfoque
El neurólogo Jordi Montero, del barcelonés Hospital Universitario de Bellvitge, ha expuesto el cambio de enfoque del dolor crónico gracias a las técnicas de neuromodulación, que «actúan sobre las redes neuronales alteradas no sólo en problemas asociados al dolor, sino en otras patologías, como párkinson, depresión o incontinencia». En dolor, «su aplicación es complicada, pero ya existen trabajos experimentales de estimulación eléctrica repetitiva, estimulación magnética transcraneal y estimulación del sistema nervioso central para el dolor crónico».
abril 21/2014 (Diario Médico)