Más de 528 millones de hombres en el mundo sufren hiperplasia benigna de próstata (HBP), enfermedad que aumenta día a día por el progresivo envejecimiento de la población. Una de las innovaciones en su abordaje la constituye la operación de próstata con liberación uretral mediante el sistema Urolift, creado por la compañía estadounidense Neotract. El sistema supone un avance tecnológico en tratamientos no invasivos y ambulatorios para solucionar los problemas de HBP sin las secuelas postoperatorias características de las tradicionales cirugías de reducción de próstata.

El abordaje, recientemente aprobado por la agencia reguladora de Estados Uidos, tras diez años de investigación, se basa en implantes de polietileno tereftalato que liberan el conducto uretral y, por tanto, se minimiza al máximo la eliminación o resección de tejido prostático así como los daños en el propio conducto.

La operación dura de media unos 15-20 minutos y se realiza generalmente bajo sedación. Al ser ambulatoria, en la mayoría de casos el paciente abandona el hospital el mismo día y obtiene resultados óptimos de mejoría a las dos semanas. La técnica resulta favorable desde el punto de vista del paciente por la rapidez, comodidad y el hecho de no precisar ingreso hospitalario, según destacan los médicos Vicente Pérez Auladell y José Manuel Quílez (Hospital Internacional Medimar, de Alicante).

Este abordaje es recomendable en próstatas menores de 60 centímetros cúblicos (la misma recomendación que en la resección transuretral), siendo los resultados óptimos en menores de 50 centímetros cúbicos. Ademas, está indicado especialmente en pacientes que no son candidatos a una cirugía convencional debido a enfermedades asociadas que la impiden (problemas cardiacos, sangrado, cirugías previas, entre otras) o que no la desean por las posibles secuelas postoperatorias. Por su parte, Pérez Auladell ha matizado que «se excluye a los pacientes que presenten lóbulo medio prostático en la cistoscopia, infección del tracto urinario en el urocultivo realizado de forma previa, estenosis uretral, o aquellos que hayan sido intervenidos anteriormente de próstata».

Dos elementos
El sistema está constituido por dos elementos: el dispositivo de aplicación y el implante. Ambos son inseparables, no necesitan accesorios adicionales y son de un solo uso. Respecto al dispositivo aplicador, su diseño permite introducirlo de forma transuretral (con la ayuda de un cistoscopio) hasta la próstata, donde una vez allí lanzará un implante Urolift a través del lóbulo anterolateral prostático fijándolo para mantener la uretra libre de obstrucción.

Su forma recuerda a la de una pistola y tiene una palanca que permite la fijación al cistoscopio, lo que contribuye a una mayor comodidad en su uso. Por su parte, el implante está formado por una lengüeta que se situará en el tejido capsular prostático; una sutura de un solo filamento no reabsorbible que atravesará el lóbulo prostático; y un clip uretral que mantendrá la tensión para mantener el lóbulo prostático comprimido y la uretra despejada.

En la práctica, se colocan entre dos y cuatro implantes a ambos lados del conducto uretral apartando el tejido prostático y, en consecuencia, liberando el conducto y aliviando los síntomas. De hecho, según Vicente Pérez, el médico «puede ver por vía endoscópica y de forma inmediata el resultado de la intervención, confirmando la correcta aplicación de los implantes y la liberación del conducto uretral».
febrero 7/2014 (Diario Médico)

febrero 7, 2014 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Urología | Etiquetas: , , , |

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