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El desarrollo de nuevos fármacos, así como trasladar de forma rápida la innovación al paciente y controlar la adherencia, han sido algunos de los ejes del Congreso americano de Reumatología, en San Diego.
Apremilast, una pequeña molécula en fase de investigación, ha demostrado beneficios clínicos a largo plazo en artritis psoriásica, enfermedad crónica inflamatoria asociada con la psoriasis, con mejoras significativas en entesitis y dactilitis, así como en las úlceras bucales que afectan a pacientes con enfermedad de Behçet. Durante el Congreso del Colegio Americano de Reumatólogos celebrado en San Diego ha habido numerosas presentaciones sobre la monoterapia con apremilast, inhibidor oral de fosfodiesterasa (PDE4) que actúa intracelularmente en la modulación de citocinas antiinflamatorias y proinflamatorias, utilizado en varios estudios de fase III en el marco de los ensayos Palace 1,2 y 3, pero sin aprobación todavía para ninguna indicación.
En los resultados se han visto mejoras clínicamente significativas en todas las manifestaciones clínicas de la artritis psoriásica en la semana 52 de tratamiento, «lo que significa que hay mejoras en signos y síntomas, función física y otras manifestaciones como inflamación y articulaciones blandas, piel y calidad de vida», ha explicado Elaine Husni, directora del Centro de Artritis y Musculoesquelético y médico del Instituto Reumatológico de la Universidad Case Western de Cleveland (Estados Unidos).
Husni ha hecho hincapié en los cambios drásticos de tratamiento de la última década hasta imponerse los inhibidores de citocinas y las pequeñas moléculas como apremilast o tofacitinib. «A pesar de las nuevas terapias dirigidas, muchos pacientes no responden bien y se requiere una terapia efectiva a largo plazo».
Cristopher Ristchlin, director de Investigación de Inmunología Clínica de la Universidad de Rochester (Estados Unidos), ha recordado las lagunas existentes en torno a esta enfermedad. Hasta un 45 % de los pacientes no responden a los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad de agentes anti-TNF. No existen biomarcadores predictores de respuesta terapéutica y qué pacientes están en riesgo de desarrollar la enfermedad. Todavía se desconoce qué factores ligan la psoriasis con la artritis y no existen terapias dirigidas a la piel, la artritis y sus comorbilidades. Otra de las preocupaciones es el alto coste de los agentes biológicos.
El apremilast oral ha resultado ser beneficioso también para las úlceras bucales de la enfermedad de Behçet.
Actualmente se trata con antiinflamatorios no esteroideos, inmunosupresores y fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, dependiendo de los órganos afectados.
Síntomas confusos
La Fundación Americana de Psoriasis ha emprendido una auténtica cruzada para concienciar sobre la artritis psoriásica, no sólo a pacientes de psoriasis y a sus familiares, sino también a reumatólogos y dermatólogos, que frecuentemente retrasan el diagnóstico por la inespecifidad y variedad de la sintomatología. Los fenotipos psoriásicos son variados y pueden estar influidos por factores locales.
Se sabe que esta enfermedad inflamatoria crónica, que causa dolor, inflamación y rigidez en articulaciones y tendones, se da en un 30 % de los pacientes de psoriasis y va más allá de las alteraciones cutáneas.También un 30 % de enfermos tienen un retraso diagnóstico de más de dos años, por lo que la fundación alerta sobre otros síntomas que muchos creen que no tienen relación con su supuesta afección cutánea, como fatiga, rigidez, molestias y sofocos, entre otros.
noviembre 4/2013 (Diario Médico)