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Un trabajo coordinado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con la Universidad de Newcastle y el Parque Científico de Madrid, aporta nuevos datos sobre un mecanismo de regulación que contribuye de forma significativa a la transferencia génica horizontal, un proceso mediante el cual las bacterias intercambian su material genético. La investigación, publicada en PLoS Genetics, constituye la base para el futuro desarrollo de herramientas genéticas capaces de modificar el comportamiento de bacterias con implicaciones en procesos clínicos e industriales.
En concreto, los científicos han descrito el circuito de regulación de pLS20, un plásmido conjugativo de la bacteria grampositiva Bacilus subtilis. Esta bacteria, presente en el suelo, es comensal habitual del intestino de animales y humanos. Debido a que muchos plásmidos conjugativos presentan genes de resistencia a antibióticos o que aumentan su virulencia, la conjugación plasmídica tiene una función clave en la diseminación de la resistencia a antibióticos y la adquisición de virulencia.
«Nuestro estudio evidencia el mecanismo que controla la conjugación y demuestra que los genes de conjugación del plásmido pLS20 se activan en presencia de células receptoras libres de plásmidos», explica Wilfried Meijer, investigador del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (centro mixto del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid).
Los resultados también demuestran que los genes de conjugación están controlados en último término por mecanismos de comunicación intercelular.
noviembre 13/2013 (Diario Médico.com)