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El estudio muestra que, en modelos de ratón, LRG1 promueve el crecimiento de vasos sanguíneos, un proceso conocido como angiogénesis.
Investigadores del Instituto de Oftalmología del University College London (UCL) de la Universidad de Londres, en Reino Unido, han descubierto una proteína, la LRG1, que estimula el crecimiento de los vasos sanguíneos, y especialmente de los vasos sanguíneos «malos», aquellos que caracterizan enfermedades tan diversas como el cáncer, la degeneración macular relacionada con la edad y la artritis reumatoide, un hallazgo que publica la revista Nature.
En estas retinas enfermas, la proteína LRG1 se expresa por las células endoteliales de los vasos sanguíneos. LRG1 también está presente en los ojos de los pacientes con retinopatía diabética proliferativa, una complicación vascular de la diabetes que puede llevar a la ceguera.
El estudio muestra que, en modelos de ratón, LRG1 promueve el crecimiento de vasos sanguíneos, un proceso conocido como angiogénesis, y, a la inversa, la inhibición de la LRG1 en modelos de roedores reduce el crecimiento de vasos sanguíneos perjudiciales asociados con enfermedad de la retina. Los autores del estudio sugieren que el bloqueo de la actividad de LRG1 es un objetivo prometedor para la terapia futura.
El profesor John Greenwood, autor principal de la investigación del Instituto de Oftalmología del UCL, dijo: «Hemos descubierto que una proteína secretada, LRG1, promueve el nuevo crecimiento de vasos sanguíneos y su inhibición impide un crecimiento patológico de los vasos sanguíneos en la enfermedad ocular».
«Nuestros hallazgos sugieren que LRG1 tiene un papel menos importante en el crecimiento normal de los vasos sanguíneos y por ello puede ser particularmente aplicable al «mal» crecimiento de vasos sanguíneos. Esto hace de LRG1 un objetivo especialmente atractivo para la intervención terapéutica en condiciones en las que el crecimiento de los vasos contribuye a la enfermedad», añade.
La angiogénesis es un proceso biológico fundamental que se requiere para el desarrollo, la reproducción y la reparación de los tejidos dañados, pero también juega un papel importante en muchas enfermedades en las que la neoformación de vasos pueden ser perjudicial.
Por ejemplo, en la retina incontrolada y el irregular crecimiento de vasos sanguíneos en enfermedades como la degeneración macular relacionada con la edad y la retinopatía diabética puede resultar en una pérdida catastrófica de la visión. Otro ejemplo es el crecimiento de tumores cancerosos sólidos, que son dependientes de la proliferación de nuevos vasos sanguíneos y el papel importante de la angiogénesis en la artritis reumatoide, donde contribuye a la inflamación de la articulación.
Factor de crecimiento transformante beta (TGF-beta)
El mecanismo a través del cual LRG1 promueve la angiogénesis es mediante la modificación de la señalización de un factor de crecimiento multifuncional llamado factor de crecimiento transformante beta (TGF-beta). TGF-beta regula tanto el mantenimiento de los vasos sanguíneos sanos normales como el crecimiento no deseado de los vasos sanguíneos perjudiciales.
Este estudio indica que en las enfermedades de la retina la producción de LRG1 se enciende en los vasos sanguíneos, lo que provoca un cambio en la señalización de TGF-beta lejos de una vía normal de mantenimiento de los vasos sanguíneos hacia una vía que promueve el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos dañinos.
«Los estudios genéticos han revelado que el gen que codifica LRG1 se conserva en los vertebrados y este estudio confirma que el ratón y los vasos sanguíneos humanos expresan LRG1″, destaca Stephen Moss, autor principal del Instituto de Oftalmología del UCL. «Predecimos, por lo tanto, que el crecimiento anormal de los vasos sanguíneos también es un proceso conservado y que el papel de LRG1 es igualmente aplicable a la angiogénesis patológica humana», añade.
octubre 3/2013 (JANO.es)
LRG1 promotes angiogenesis by modulating endothelial TGF-ß signalling