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Un equipo de científicos descubrió que los niveles de ciertas grasas que se encuentran en el líquido cefalorraquídeo pueden predecir qué pacientes con el VIH tienen más probabilidades de convertirse en discapacitados intelectuales.
El estudio publicado en la revista especializada Neurology (doi: 10.1212/WNL.0b013e3182a9565e) muestra que estos marcadores de grasa reflejan los cambios asociados a la enfermedad sobre cómo el cerebro metaboliza estas moléculas de grasa.
Según los científicos, estas modificaciones alteran la habilidad de regular la actividad de los lisosomas, células cerebrales destinadas a degradar y eliminar los desechos moleculares del cerebro.
Según este mecanismo el exceso de colesterol y de grasa conocido como esfingomielina se acumulan realizando copias de seguridad de los residuos y provocando la disminución cognitiva a menudo debilitante.
El grupo analizó 524 muestras de líquido cefalorraquídeo de 291 pacientes VIH positivos y 30 negativos recogidas de siete sitios continentales de Estados Unidos, Hawai y Puerto Rico.
Los especialistas refieren que esta investigación ayudó a predecir cuáles pacientes con VIH son más propensos a sufrir pérdidas cognitivas que otros.
De igual forma, plantean que cuando la función cognitiva disminuyó en los indiviudos analizados, el número de diferentes tipos de moléculas de grasa acumulada aumentó.
Los científicos consideran que algunas de estas alteraciones en el metabolismo de las grasas que se encuentran en las personas con VIH se deriva de la propia infección, mientras que otras es posible que estén vinculadas a la terapia antirretroviral.
En la actualidad se estudian intervenciones dietéticas y farmacológicas destinadas a restablecer el equilibrio que podrían restaurar el metabolismo cerebral en individuos infectados por VIH.
Si se lograra lo anterior, se podría promover una buena salud del cerebro, garantizando que los lisosomas funcionan correctamente.
Sobre el tema, un grupo de expertos descubrió recientemente que el ejercicio físico permite mejorar el funcionamiento cerebral y reducir el deterioro neurocognitivo en las personas infectadas.
El estudio de la Universidad de California, en Estados Unidos, mostró que pacientes infectados practicantes de ejercicio tenían la mitad de probabilidades de presentar signos de deterioro, así como una mejor memoria y una mayor capacidad para procesar información rápido en comparación con quienes seguían un estilo de vida sedentario.
septiembre 13/2013 (PL)
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»
Veera Venkata Ratnam Bandaru, Michelle M. Mielke, Ned Sacktor, Justin C. McArthur, Igor Grant, Scott Letendre. A lipid storage–like disorder contributes to cognitive decline in HIV-infected subjects.Neurology. Sept 11, 2013