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Un grupo de especialistas de Suiza, Alemania y Francia diseñó y fabricó los primeros ojos artificiales en miniatura compuestos de superficie curvada plenamente funcionales.
Según los expertos, la innovación tiene un elevado potencial industrial en los campos de la robótica móvil, confección inteligente y las aplicaciones médicas.
Asimismo, refieren que el ojo compuesto artificial podría utilizarse en el futuro en ámbitos en los cuales es primordial detectar el movimiento panorámico. Un ejemplo sería el transporte, con miras a una identificación eficaz de obstáculos.
Los científicos consideran que debido a su reducido espesor y flexibilidad inherentes, estos dispositivos también se podrían integrar en los tejidos para confeccionar ropa inteligente, como sombreros inteligentes con dispositivos de alerta de colisión destinados a las personas con deficiencias visuales.
El ojo compuesto tiene un diámetro de 12,8 milímetros y un peso de 1,75 gramos. De igual forma, está formado por 630 unidades de base (denominadas omatidios) dispuestas en 42 columnas con 15 sensores cada una.
Los responsables del proyecto explicaron que cada omatidio se compone de una lente combinada con un píxel electrónico. Estos sensores poseen avanzadas propiedades ópticas, como un campo de visión panorámica sin distorsiones de 180 por 60 grados, además de una gran profundidad de campo. Asimismo, pueden adaptarse a una amplia variedad de condiciones de iluminación.
Este proyecto forma parte del programa europeo Curvace que impulsa investigaciones sobre ciencia y tecnologías embrionarias, visionarias y arriesgadas.
agosto 14/2013 (PL)
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2013 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»