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El hallazgo podría explicar la alta prevalencia en Cantabria. La variante se asocia con el gen de la IL-17, molécula proinflamatoria.
La variante G de un polimorfismo del gen TLR (siglas de toll-like receptor) es mucho más frecuente entre las personas con tuberculosis pulmonar activa que entre las personas no infectadas o con infección latente por M. tuberculosis, en las que predomina la variante T. Así lo ha asegurado Gonzalo Ocejo, del Servicio de Inmunología del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, primer autor de un estudio, financiado por el Instituto de Formación e Investigación Marqués de Valdecilla (Ifimav), que se publica en International Journal of Tuberculosis and Lung Diseases (DOI:10.5588/ijtld.12.0767), a propósito de una investigación para determinar la alta prevalencia en Cantabria de una variante genética que eleva la susceptibilidad de desarrollar tuberculosis activa.
La identificación de marcadores de riesgo determinaría los tratamientos quimioprofilácticos con más precisión y buscaría fármacos contra nuevas dianas terapéuticas, ha precisado Ocejo, que ha encabezado un hallazgo aceptado para su publicación en la revista Cytokine, y en el que también han participado Carmen Fariñas y Manuel Gutiérrez Cuadra (internistas); Ramón Agüero (neumólogo), José Luis Arroyo (hematólogo), y los especialistas de laboratorio Fernando Ausín y Elena Puente.
El grupo de Ocejo comenzó hace seis años a estudiar la prevalencia de M. Tuberculosis en Cantabria, y a buscar marcadores genéticos de riesgo de evolución a la fase activa de la enfermedad.
Los primeros resultados confirmaron la alta prevalencia en Cantabria de la tuberculosis latente, que está presente en un 16 % de los individuos sanos. El estudio actual incluye a 190 pacientes con tuberculosis pulmonar activa, y un número equivalente de personas sanas no infectadas o con infección latente. La búsqueda de marcadores genéticos se ha centrado, principalmente, en el sistema inmune innato, en el que los receptores celulares tipo Toll (TLR) juegan un papel esencial en la respuesta inmunológica frente a gérmenes patógenos».
Entre esos marcadores están, según explica el investigador, las micobacterias, porque reconocen lipoproteínas de la superficie bacteriana -antígenos-, lo que da inicio a una cascada de señales en el interior de las células del sistema inmune que provocará una potente respuesta inflamatoria. Sin embargo, existen polimorfismos genéticos que producen alteraciones en la expresión y en la función de estas proteínas.
En el caso de los TLR, y más concretamente en el TLR-1, hay descritas dos variantes funcionales que condicionan la respuesta inmunológica frente a M. tuberculosis: «La variante T, que induce una alta producción de interleucina 6 (IL-6) y, por tanto, una respuesta más eficaz, y la variante G, asociada a una menor producción de esta proteína que es fundamental en el funcionamiento del sistema inmune y en la defensa frente a la infección».
Así las cosas, los individuos portadores de la variante G, al tener una respuesta inmunológica reducida, serían más susceptibles de desarrollar una tuberculosis pulmonar activa. La mayor prevalencia de esta variante en la población cántabra, tal como ha demostrado este estudio, contribuiría a explicar la alta incidencia de la enfermedad en Cantabria, pues de las personas estudiadas, un 31 % de los pacientes con tuberculosis activa tenían los dos alelos del gen G, frente a sólo el 18 % de los portadores sanos».
Doble valor
El trabajo del grupo de Ocejo tiene un «valor doble», ha explicado: «Primero, haber encontrado uno de los factores genéticos de esa mayor susceptibilidad para desarrollar la enfermedad y, en segundo lugar, hacerlo en una población -Cantabria- muy homogénea, y con un fondo genético muy conservado». Este grupo ha demostrado por primera vez la relación entre una variante genética y el gen de la interleucina 17 (IL-17) -otra proteína con una gran actividad proinflamatoria-, que también predispone al desarrollo de tuberculosis pulmonar.
Perfil terapéutico individualizado
«Estos hallazgos abrirán nuevas líneas de investigación sobre fármacos dirigidos a nuevas dianas terapéuticas. Podrían establecer un perfil terapéutico, una especie de carné de identidad, que llevaría a la individualización en los tratamientos frente a M. tuberculosis», afirma Gonzalo Ocejo. El trabajo de este grupo de científicos forma parte de una línea de investigación que busca los factores genéticos implicados en la infección tuberculosa, que en Cantabria tiene una incidencia de las más altas de España y de Europa, al afectar a entre el 15 y el 20 % de la población, y en la predisposición a desarrollar la tuberculosis activa, lo que ocurre sólo en un 5-10 % de los individuos infectados por la micobacteria.
junio 11/2013 (Diario Médico)
J G Ocejo-Vinyals, E Puente de Mateo, F Ausín, R Agüero, J L Arroyo, M C Fariñas.Human toll-like receptor 1 T1805G polymorphism and susceptibility to pulmonary tuberculosis in northern Spain.The international journal of tuberculosis and lung disease.05/2013; 17(5):652-4.