mar
11
Según un nuevo estudio publicado en Nature Communications (doi: 10.1038/ncomms2571.) sobre imagen cerebral realizado por investigadores de la Universidad de Oxford (Reino Unido), los cambios cerebrales después de la amputación de una extremidad se han relacionado con el llamado «dolor fantasma» que surge de la extremidad perdida.
«Casi todas las personas que han perdido una extremidad tienen sensación de que continúan teniéndola. Se cree que alrededor del 80 % de los amputados experimentan algún nivel de dolor asociado con el miembro perdido. Para algunos, el dolor es tan grande que es sumamente debilitante», comenta Tamar Makin, doctor del Centro de Resonancia Magnética Funcional del Cerebro (FMRIB) en la Universidad de Oxford y autor principal del estudio.
Los tratamientos para el dolor del miembro fantasma tienden a limitarse a los medicamentos convencionales para el alivio del dolor. El origen del dolor no está bien entendido. Puede haber muchos factores que conducen a este dolor, incluyendo terminaciones nerviosas lesionadas donde se perdió la extremidad y los cambios en las áreas del cerebro relacionadas con el miembro amputado.
El equipo de la Universidad de Oxford utilizó resonancias magnéticas para estudiar cómo el dolor del miembro fantasma que sienten las personas que han tenido un brazo amputado se relaciona con cambios en el cerebro.
Se compararon los datos de la resonancia magnética en 18 amputados, con diferentes niveles de dolor fantasma, uno con 11 individuos nacieron con una mano por una deficiencia de la extremidad y un grupo control de 22 adultos con dos miembros completos.
Las amputaciones se habían hecho una media de 18 años antes, pero los participantes aún experimentaban sensaciones en el brazo que les faltaba. Al pedir que movieran los dedos de la extremidad fantasma, mientras se realizaba la resonancia magnética, los investigadores fueron capaces de ver cómo la mano que faltaba aparecía representada en el cerebro.
Se descubrió que el cerebro mantiene su representación de la mano, a pesar de que el miembro ya no esté allí. La medida en que se mantuvo la representación estaba relacionada con la fuerza y la frecuencia del dolor de los amputados : aquellos que sentían el dolor más intenso retenían una representación más fuerte de la mano que les faltaba.
«Nos quedamos asombrados al descubrir que cuando los amputados experimentan dolor fuerte en la extremidad fantasma, la respuesta en el cerebro fue indistinguible de la observada en personas con extremidades intactas» comenta Makin.
Los investigadores encontraron que la cantidad de sustancia gris en el área de la mano fantasma del cerebro se redujo en los amputados en comparación con los que mantenían las dos manos. Pero de nuevo esto estaba relacionado con la cantidad de dolor que sentían los amputados. Aquellos que experimentaron un dolor más fuerte mostraron menos degeneración estructural en la zona de la mano ausente después de la pérdida de la extremidad.
Sin embargo, mientras que aquellos con un fuerte dolor en el miembro fantasma mantuvieron la estructura y la función cerebral local para la mano amputada, no hubo pruebas de que las conexiones con otras partes del cerebro se vieran afectadas.
En particular, la representación de la mano que faltaba estuvo más desincronizada con la zona buscando la otra mano en el lado opuesto del cerebro. «Nuestros resultados podrían favorecer el enfoque de rehabilitación que tiene como objetivo la representación reemparejada de la mano fantasma con el medio sensorial externo.
marzo 5/2013 (Diario Médico)
Makin TR, Scholz J, Filippini N, Henderson Slater D, Tracey I, Johansen-Berg H.Phantom pain is associated with preserved structure and function in the former hand area.Nat Commun. 2013 Mar 5;4:1570.