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Médicos del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario de Canarias (HUC), con la colaboración de la Universidad de La Laguna, han demostrado cómo la hipoxia crónica intermitente puede agravar aún más el daño hepático existente en animales a los que previamente se les ha inducido la cirrosis experimentalmente.
Esta investigación, publicada en la revista Hepatology, surgió a partir de los conocimientos de los autores que sostenían que las repetitivas pausas respiratorias y la disminución de oxígeno en la sangre eran la causa de la aparición de trastornos circulatorios y por la observación del paralelismo fisiopatolófico que existe entre la hipertensión arterial y la hipertensión portal.
Tras numerosos experimentos en el campo de estudio hemodinámico y de la biología molecular, se concluye que al igual que ocurre en la hipertensión arterial, este trastorno del sueño puede contribuir a agravar aún más el daño que ocasiona la cirrosis y a su vez que este daño esté ligado a un incremento de estrés oxidativo. Esto lleva a la conclusión de que la apnea del sueño está asociada con las complicaciones de la cirrosis.
Según Manuel Hernández Guerra, autor del estudio, «se debería hacer el diagnóstico de forma activa de trastornos del sueño en los pacientes cirróticos, por cuanto su diagnóstico y tratamiento podría evitar un mayor daño».
febrero 7/2013 (Diario Médico)
El resumen no está disponible en Pubmed.