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11
Los gobiernos podrían añadir miles de millones de dólares a la economía mundial simplemente invirtiendo en exámenes oculares y proporcionando gafas a los 703 millones de personas que las necesitan, según un estudio publicado este mes en el Boletín de la Organización Mundial de la Salud.
El estudio calcula que harían falta unos 65 000 optometristas, oftalmólogos, ópticos y otros profesionales de la especialidad adicionales para poder ofrecer esos servicios, y que se requerirían entre US$ 20 000 millones y US$ 28 000 millones para formarlos y para crear y poner en marcha los servicios de atención oftálmica necesarios.
«Esa suma es una gota en el océano en comparación con los US$ 202 000 millones a que según las estimaciones ascienden las pérdidas anuales de producto interno bruto mundial atribuibles al hecho de que esos 703 millones de personas viven con errores de refracción no corregidos», dice uno de los autores del trabajo, el Profesor Brien Holden, de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Australia.
Los errores de refracción son un trastorno ocular común que provoca visión borrosa, y que se manifiesta principalmente de cuatro formas: miopía (pérdida de visión lejana), hipermetropía (pérdida de visión cercana), astigmatismo (distorsión de las imágenes) y presbicia (visión cercana defectuosa, que en muchos casos impide leer sin gafas).
Los errores de refracción no corregidos son la causa más común de discapacidad visual en todo el mundo, y la segunda causa de ceguera. Son problemas que no se pueden prevenir, pero sí es posible diagnosticarlos mediante un examen de la vista y tratarlos con gafas –a un costo de solo US$ 2-, lentes de contacto o cirugía.
«Mejorar la visión de la gente podría reportar beneficios económicos considerables, sobre todo en los países de ingresos bajos y medios, donde esos problemas no suelen corregirse, y podría contribuir sensiblemente al desarrollo mundial», señala.
La pérdida de productividad es solo una parte del problema, dice Holden: «Los niños y adultos con errores de refracción no corregidos se ven obligados a afrontar muchos efectos sanitarios, económicos y sociales, en particular la visión defectuosa, menores oportunidades de educación y empleo, y aislamiento social.»
Uno de los autores del artículo, Kevin Frick, profesor de economía de la salud en la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, dice que espera que los resultados del estudio interpelen enérgicamente a los gobiernos de todo el mundo. «Los gobiernos han de tomar decisiones difíciles sobre la manera de aprovechar al máximo los escasos recursos disponibles. Habiendo obtenido datos demostrativos de los beneficios económicos asociados a la corrección de los errores de refracción, la inversión en atención oftálmica debería ser una de las decisiones más fáciles de justificar», dice Frick.
«La inversión en profesionales especializados en atención oftálmica es fundamental para proporcionar servicios accesibles y asequibles de tratamiento de los errores de refracción en el nivel de la atención primaria», dice el Dr. Silvio Mariotti, experto en prevención de la ceguera en la OMS.
Se estima que, como consecuencia de la falta de servicios de corrección de los errores de refracción, hay en total unos 119 millones de personas con discapacidad visual. Existen soluciones eficaces para este problema, pero hay que hacerlas accesibles para todos cuantos las necesitan. El estudio aporta nuevos datos que subrayan la importancia de la formación de los recursos humanos para prevenir la ceguera, conforme a lo establecido en el Plan de acción de la OMS para la prevención de la ceguera y la discapacidad visual evitables 2009-2013.
octubre 4/2012(OMS)
TR Fricke, BA Holden, DA Wilson, G Schlenther, KS Naidoo, S Resnikoff . El coste global de corregir las discapacidades visuales causadas por errores de refracción no corregidos.(doi: 10.2471/BLT.12.104034)