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Esta enfermedad dermatológica se caracteriza por el enrojecimiento e inflamación de la piel, sobre todo alrededor de las mejillas, la nariz y la barbilla, y se estima que afecta al 3% de la población.
Investigadores de la Universidad Nacional de Irlanda aseguran estar más cerca de determinar el origen bacteriano de la enfermedad rosácea, tras descubrir que podría estar provocada por bacterias que viven dentro de pequeños ácaros que se encuentran en la piel.
La confirmación de dicho hallazgo abriría la puerta al desarrollo de tratamientos más específicos y eficaces para quienes la padecen, según informa en su último número la Journal of Medical Microbiology.
Esta enfermedad dermatológica se caracteriza por el enrojecimiento e inflamación de la piel, sobre todo alrededor de las mejillas, la nariz y la barbilla, y se estima que afecta al 3% de la población. Generalmente las afectadas suelen ser mujeres de piel clara, de entre 30 y 50 años, y con sistemas inmunológicos débiles. En los casos más graves puede llegar a causar lesiones que terminen desfigurando la piel.
El tratamiento más habitual suele incluir una variedad de antibióticos, a pesar de que nunca ha habido una causa bacteriana bien establecida. Ahora, los científicos del centro universitario irlandés han hallado, a partir de una revisión de estudios, que el origen podría estar en un ácaro de la especie Demodex folliculorum, que generalmente vive de forma en el interior de la unidad pilosebácea que rodea los folículos pilosos de la cara.
Según aseguran, estos microorganismos son habitantes de la cara y su presencia suele aumentar con la edad y el deterioro de la piel, como el que se produce con la exposición a la luz solar. Los científicos han constatado, asimismo, que el número de estos ácaros en la piel de los pacientes con rosácea es mayor que en los individuos que no padecen la enfermedad.
En concreto, observaron que la bacteria Bacillus oleronius suele vivir en el tracto digestivo de los ácaros Demodex pero, al morir estos, «las bacterias se liberan y se filtran en los tejidos circundantes de la piel, lo que provoca la degradación del tejido y la inflamación», según ha explicado Kevin Kavanagh, autor de la investigación.
«Si aumenta el número de ácaros, también lo hace el número de bacterias, de ahí que haya más probabilidades de que la rosácea acabe apareciendo, por lo que una de las medidas preventivas más eficaces sería acabar con esta población de ácaros en la cara», ha aclarado este experto, que señala que ya hay algunas farmacéuticas que están desarrollando terapias para ello.
septiembre 4/2012 (JANO.es)
Stanislaw Jarmuda, NIamh O’Reilly, Ryszard Zaba, Oliwia Jakubowicz, Andrzej Szkaradkiewicz, Kevin Kavanagh. The potential role of Demodex folliculorum mites and bacteria in the induction of rosacea. Journal of Medical Microbiology, publicado agosto 29/2012; doi: 10.1099/jmm.0.048090-0.