jul
31
La intolerancia a la leche de vaca es una de las primeras alergias que aparecen en los niños. Para solucionar el problema se ha desarrollado un estudio multicéntrico en el que se ha descubierto que si es en dosis muy bajas hay mayor probabilidad de que los alérgicos la toleren.
La inducción de tolerancia oral progresiva comenzando a dosis muy bajas se revela como una estrategia terapéutica eficaz y segura frente a la alergia a la leche de vaca. Así lo ha demostrado un estudio multicéntrico en el que han participado once hospitales españoles y que ha dado lugar a un trabajo de investigación galardonado con el Premio Internacional Hipócrates de Investigación Médica en Nutrición Humana.
La alergia a la leche de vaca es la primera que aparece en el niño, suele iniciarse en el primer año de vida y se calcula que hasta el dos por ciento de los menores de dos años presentan este tipo de alergia. En la actualidad el tratamiento de la alergia a las proteínas de la leche de vaca se basa en su eliminación estricta de la dieta, la educación del paciente y su entorno sobre la eliminación y el tratamiento ante su ingestión accidental, «lo que obliga al niño y su familia a disponer de adrenalina autoinyectable en el domicilio y en la escuela. Después hay que esperar que con el tiempo se produzca la tolerencia», ha señalado Antonio Martorell, jefe de la Unidad de Alergología del Hospital General Universitario de Valencia, profesor asociado de la Facultad de Medicina de Valencia y principal autor del trabajo galardonado con el Premio Hipócrates que concede la Fundación Real Academia de Medicina del Principado de Asturias.
Martorell ha explicado que, con el tiempo, los alérgicos desarrollan tolerancia «pero no es así en todos los casos; de ahí que buscáramos otras estrategias. Además, la reactividad clínica puede persistir durante muchos años, con el consiguiente riesgo de reacción por exposición accidental, y en algunos pacientes pueden producirse reacciones anafilácticas con riesgo vital por pequeñas dosis inadvertidas como alérgeno oculto en los alimentos». Además, Martorell ha recordado que la restricción dietética afecta a la calidad de vida del paciente y sus familiares, por la dificultad de realizar una eliminación estricta de alimentos como la leche de vaca.
Procedimiento
La investigación dirigida por Martorell, ha consistido en la administración oral de leche de vaca, empezando por dosis muy bajas e incrementándola hasta llegar a la cantidad equivalente a una toma habitual «para conseguir incorporarla con normalidad a la alimentación del paciente, lo que equivale en la práctica a la curación».
En el estudio multicéntrico participaron las unidades de alergología de los hospitales General de Valencia, Gregorio Marañón, Miguel Servet, Ramón y Cajal, Severo Ochoa de Leganés, General de Elche, Niño Jesús de Madrid, San Juan de Dios en Manresa y en Barcelona, General de Segovia y General de Castellón.
En la investigación, 60 niños de dos años de edad, la mitad de los cuales recibieron tratamiento y la otra mitad continuaron la dieta de eliminación. Al cabo de un año el 90 % de los niños que recibieron tratamiento consiguieron alcanzar la tolerancia «y están tomado leche de vaca sin restricciones. En el grupo que no llevó tratamiento solo el 23 % alcanzaron la tolerancia de forma espontánea», ha resumido.
A la vista de estos resultados, la inducción de tolerancia oral con leche de vaca parece ser «eficaz y razonablemente segura como una alternativa a la dieta de evitación en el tratamiento de los niños de dos años de edad con alergia a la leche de vaca. Consigue que la mayoría de los niños puedan superar su alergia, lo que supone una mejoría en la calidad de vida del niño y su familia y evita el riesgo de reacción frente a su exposición accidental», ha dicho Martorell.
julio 30/2012 (Diario Médico)