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Un grupo del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn) ha demostrado que el sistema nervioso central está implicado en el desarrollo de la diabetes mellitus tipo 2 como parte de un mecanismo relacionado con la inflamación hipotalámica que provoca la resistencia a la insulina y la leptina. El hallazgo, que se publica en el último número de Endocrinology (doi:10.1210/en.2011-1278), ya ha sido probado en modelos animales y abre la puerta a potenciales tratamientos farmacológicos contra esta enfermedad en humanos.
El hipotálamo, la glándula endocrina que se encarga de liberar las principales sustancias que regulan el hambre y la saciedad, está relacionada con el desarrollo de diabetes mellitus. La inflamación de esta región cerebral, que actúa como centro integrador del sistema nervioso vegetativo y que es también responsable de la expresión fisiológica de las emociones, genera resistencia a la insulina, antesala de esta enfermedad.
A partir de aquí, el equipo de investigación del CIBERobn, dirigido por el doctor Jesús Argente Oliver desde el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid, trató de demostrar que la resistencia a la acción de la insulina está estrechamente relacionada con una señalización intracelular incorrecta de la leptina y la insulina, que intervienen en la regulación del apetito, provocada por una alteración hipotalámica.
Concluida la fase de probaturas, muestras y ensayos, se demostró que el grado diferente de sensibilidad a la acción de la leptina e insulina en el hipotálamo de animales diabéticos y no diabéticos está involucrado en la regulación diferencial de la expresión de estos neuropéptidos moduladores del apetito, existiendo una relación inversa entre el grado de activación y la hiperfagia (aumento excesivo de la sensación de apetito e ingesta descontrolada de alimentos), característica de la diabetes.
«En la transición de pre-diabetes a diabetes, comprobamos que la expresión de los neuropéptidos que controlan la ingesta está modulada por el sustrato del receptor de la insulina1 (IRS1) y es diferente en roedores deficientes de IRS2 (molécula reguladora de la insulina) diabéticos y no diabéticos», ha reconocido el doctor Argente.
En dicho estudio se describe que el mayor grado de activación de las vías de señalización de la leptina e insulina en ratones nulos para IRS2 no diabéticos mediado por el incremento compensatorio del IRS1 puede ejercer un efecto protector contra las alteraciones hipotalámicas que conducen a desequilibrios en la regulación del apetito y el metabolismo, evitando o retrasando la aparición de la diabetes mellitus.
De hecho, ha explicado este experto, los resultados confirman que en el animal pre-diabético «existe un perfil de los neuropéptidos involucrados en la regulación del apetito similar al animal control y estrechamente relacionado con una mayor sensibilidad a la acción central de la insulina mediada por IRS1 y contrapuesto al encontrado en el animal diabético tras el debut».
Estos hallazgos sugieren que el tratamiento farmacológico dirigido a estas vías de señalización para ambas hormonas y el bloqueo de las dianas de inflamación hipotalámicas estudiadas podrían ser de interés para el tratamiento de la resistencia a la acción de la insulina y la diabetes mellitus tipo 2.
Diabetes y deterioro cognitivo
Y es que, según reconoce Argente, no controlar la diabetes tipo 2 podría tener un impacto a largo plazo sobre el cerebro y su deterioro. En esta línea, recientes investigaciones como la de un grupo del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia han podido determinar que, en pacientes afectados por diabetes mellitus, la ausencia de la molécula IRS-2 tiene consecuencias en los procesos de adquisición de la memoria.
La clave de esta conexión radica en la ausencia, en modelos animales, de IRS-2, que impide la potenciación a largo plazo de un proceso celular que refleja la adquisición de la memoria. Estos estudios proporcionan una explicación sobre la prevalencia de deterioro cognitivo en pacientes con desórdenes metabólicos, estableciendo un enlace directo entre la resistencia a la insulina y el daño cerebral.
Además, respalda estudios epidemiológicos en los que enfermedades como la obesidad, la hiperinsulemia o la diabetes mellitus incrementan el riesgo de desórdenes neurodegenerativos, tales como la enfermedad de Alzheimer.
En el caso de los pacientes con diabetes tipo 2, la expresión de los niveles de IRS-2 está reducida de forma significativa. En este sentido, se ha podido demostrar que la ausencia de la molécula impide la respuesta de las neuronas a estímulos que deben generar memoria.
Aunque falta mucho camino por recorrer, los investigadores proponen que un aumento en la expresión y función de la molécula sería una diana muy atractiva en el tratamiento de diabetes y la prevención del deterioro de las funciones cognitivas. De igual modo, los expertos sostienen que el deterioro de la memoria y el aprendizaje entre los pacientes con diabetes es reversible restituyendo la insulina y aunque no se va a curar la diabetes mellitus, sí se puede mejorar la calidad de vida de los pacientes.
abril 10/2012 (JANO.es)
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo del artículo a través de Hinari.
Emma Burgos-Ramos, Águeda González-Rodríguez, Sandra Canelles, Eva Baquedano, Laura M. Frago, Jesús Revuelta-Cervantes, et. al. Differential Insulin Receptor Substrate-1 (IRS1)-Related Modulation of Neuropeptide Y and Proopiomelanocortin Expression in Nondiabetic and Diabetic IRS2−/− Mice. Endocrinology, publicado marzo 1/2012; vol. 153(3) 1129-1140.