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A medio siglo de su síntesis química, el ibuprofeno se consolida como uno de los fármacos más utilizados en la artritis reumatoidea, osteoporosis y dolores comunes por su eficacia como analgésico y antinflamatorio.
Patentado en 1961 por un equipo de investigadores estadounidenses liderado por Sewart Adams, pertenece al grupo de los antinflamatorios no esteroideos, que también ejercen acción terapéutica como antipiréticos.
A pesar de su amplio uso y de sus variadas formas farmacéuticas, desde jarabes, tabletas, cremas, supositorios entre otras, presenta reacciones adversas como la hemorragia gastrointestinal, provocada por su ingestión excesiva.
Otros efectos negativos descritos por la literatura científica asociados a su sobredosis son estreñimiento, urticaria y náuseas.
Alivio sintomático del dolor de cabeza (cefalea), dolor dental (odontalgia), dolor muscular o mialgia, molestias de la menstruación (dismenorrea), dolor neurológico de carácter leve, síndrome febril y dolor tras cirugía figuran entre sus indicaciones más frecuentes.
Su adquisición en farmacias es fácil, pues su expendio no requiere receta médica en muchos países, de ahí la necesidad de seguir de cerca su uso continuado sobre todo en personas mayores de 65 años.
Diciembre 27/2011 Washington, (PL)
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»