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Un nuevo estudio ha hallado una relación entre el uso de tabaco y el cáncer de piel.
Los investigadores demostraron que las mujeres que tenían cáncer de piel de células escamosas eran más propensas a haber fumado que las que no sufrían de la enfermedad. Y las que habían fumado durante al menos 20 años tenían el doble de probabilidades de desarrollar cáncer de piel de células escamosas, una forma de este tipo de cáncer menos agresiva que el melanoma.
Los hombres que fumaban tenían un riesgo modesto de los dos tipos de cáncer de piel no melanoma (cáncer de las células basales y de las células escamosas), pero los resultados no fueron estadísticamente significativos, anotaron los autores del estudio.
«No sabemos a qué se debe», señaló la autora líder del estudio Dana Rollison, en referencia a la diferencia en el riesgo entre hombres y mujeres. Tanto hombres como mujeres se exponen mucho al sol, el principal factor de riesgo del cáncer de piel, anotó.
Pero el cáncer de pulmón podría ofrecer una pista, señaló Rollison, miembro asociada del departamento de epidemiología del cáncer del Centro Oncológico Moffitt en Tampa, Florida. Ya antes se habían notado diferencias hormonales que afectan la metabolización de la nicotina y la capacidad del organismo de reparar el daño del ADN pulmonar provocado por fumar, lo que sugiere que la hormona femenina estrógeno quizás tenga algo que ver, dijo.
El estudio, que aparece en la edición en línea de la revista Cancer Causes Control (DOI: 10.1007/s10552-011-9872-y), se llevó a cabo en el Centro Oncológico Moffitt y en la Universidad del Sur de Florida, también en Tampa.
Para el estudio, se comparó a 383 pacientes de cáncer de piel con 315 personas que no padecían de la enfermedad. Se preguntó a los participantes cuánto fumaban, cuándo habían comenzado a hacerlo y el número total de años que habían fumado. El estudio incluyó a un total de 355 hombres y 343 mujeres. Todos eran blancos, el grupo en mayor riesgo de cáncer de piel. Los riesgos para ambos tipos de cáncer de piel no melanoma se analizaron por separado, compensando por la presencia de otros factores de riesgo.
Los investigadores hallaron que mientras más fumaban las personas, más probable era que tuvieran cáncer de piel, señaló Rollison. Los hombres que padecían cáncer de piel de las células basales habían fumado durante al menos veinte años que aquellos que no padecían cáncer, anotaron los autores del estudio.
Aunque el estudio halló una asociación aparente entre fumar y el riesgo de cáncer de piel, no probó causalidad.
A pesar del elevado riesgo relacionado con fumar entre las mujeres, en general los hombres tienen más probabilidades de contraer cáncer de piel, señaló Rollison. Dijo que «es posible que la piel de los hombres sea más sensible a la exposición solar que la de las mujeres».
Pero otro experto en cáncer de piel sugirió que los hombres podrían tener menos inclinación a usar filtros solares u otras protecciones al aire libre.
«Aunque quizá solo sea una diferencia genética (entre hombres y mujeres), los hombres tienden a tener más exposición al sol sin protección en sus vidas», aseguró el Dr. Jeffrey Dover, profesor clínico asociado de dermatología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale.
Dover dijo que los hallazgos del estudio no resultaban sorprendentes porque «sabemos que el humo de cigarrillo contiene carcinógenos» y los fumadores «tienen la cara rodeada de humo y ceniza todo el día».
Añadió que el estudio es importante porque «aunque hemos hecho un buen trabajo, podemos hacerlo mejor» al eliminar el tabaquismo como causa de enfermedad. «Esto añade combustible a la idea de que en nuestra sociedad no hay lugar para el tabaquismo».
El cáncer de piel no melanoma es la forma de cáncer más común en Estados Unidos, donde se tratan anualmente unos dos millones de casos, según los Institutos Nacionales de Salud de este país. El cáncer de células escamosas ocurre en la epidermis, la capa superior de la piel, y puede propagarse a otros órganos. El cáncer de células basales ocurre en la dermis, la capa de la piel debajo de la epidermis. Aunque no se propaga a otros órganos, es mucho más común que el cáncer de células escamosas, según la agencia del gobierno.
diciembre 25/2011 (medlineplus)
Dana E. Rollison, Michelle R. Iannacone, Jane L. Messina, L. Frank Glass, Anna R. Giuliano, Richard G. Roetzheim, et. al. Case–control study of smoking and non-melanoma skin cancer. Cancer Causes & Control, noviembre (2011).