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La repugnancia ayuda a los seres humanos a reconocer y prevenir enfermedades, de acuerdo con los resultados de un estudio difundido en una publicación Philosophical Transactions of the Royal Society B ((doi: 10.1098/rstb.2010.0117)
Si las personas no rehuyeran los estornudos o evitaran el agua putrefacta y otras cosas desagradables, la morbilidad por enfermedades sería mayor, difundieron expertos de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres en esa publicación de la Sociedad Real Británica.
El asco obliga a redoblar las medidas de higiene como lavarse las manos, lo que permite evitar infecciones, la influenza o el sarampión, por ejemplo.
De acuerdo con la doctora Val Curtis, autora principal del estudio, estas conductas preventivas son intuitivas y constituyen una primera línea de defensa contra distintas patologías.
La simple medida de lavarse las manos con jabón es capaz de salvar un millón de vidas en un año, escribió la investigadora en la revista.
«Sin repugnancia, y las conductas higiénicas que ésta provoca, las enfermedades infecciosas causarían mucha más morbilidad y mortalidad tanto en nuestra especie como en todas las especies animales», indicó Curtis.
Las campañas publicitarias de salud también pueden influir en el sentimiento de repugnancia que sienten las personas para que redoblen las medidas higiénicas y eviten enfermedades.
Noviembre 1/2011 Londres, (PL)
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu acceden al texto completo a través de Hinari.
Valerie Curtis.Why disgust matters. Publicado en Phil. Trans. R. Soc. B. 12 Diciembre 2011 vol. 366 no. 1583 3478-349