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Las vacunas que contienen timerosal, un conservante que contiene mercurio orgánico, no representan un riesgo para la salud de las personas, según un informe presentadoen Ginebra por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En el documento, la OMS explica que después de una década de evaluaciones «no hay pruebas que sugieran que la cantidad de timerosal utilizado en vacunas represente un riesgo para la salud».
La preocupación sobre este tema comenzó a suscitarse a finales de la década de 1990, sobre todo en lo relativo a las vacunas infantiles y a la posibilidad de que las dosis de inmunización superaran los límites recomendados de exposición al mercurio.
Pero la OMS indica que estas vacunas contienen etilo de mercurio y no mercurio metílico, dos componentes muy diferentes, ya que el primero se descompone mucho más rápido que el segundo y, además, no se acumula en el organismo a medida que se consume.
La organización destaca que otros grupos de expertos, como el Instituto de Medicina de Estados Unidos, la Academia de Pediatría de Estados Unidos, el Comité de Seguridad Médica del Reino Unido y la Agencia Europea para la Evaluación de Productos Médicos, han llegado a la misma conclusión.
El timerosal se utiliza para prevenir el crecimiento bacteriano y fúngico en algunas vacunas suministradas como multidosis en varios países y contiene una pequeña cantidad de mercurio orgánico.
También se emplea en la producción de algunas vacunas, especialmente para desactivar ciertos organismos y toxinas, siendo utilizado desde la década de 1930 para la conservación de diversos productos médicos y aún muy presente en la actualidad.
Entre las vacunas con timerosal están las de la difteria, la pertusis y el tétano (DPT), la hepatitis B, la gripe hemofílica tipo B (Hib), la rabia, la gripe y las dolencias meningocócicas.
La OMS recomienda, de momento, no sustituir el timerosal por otros conservantes, ya que los resultados de las pruebas que se han hecho hasta el momento con fenoexietanol (que se emplea en la vacuna contra la polio) y con fenol (que se emplea en la vacuna anti-tifoidea) no presentan resultados concluyentes.
«Sustituir los conservantes en las vacunas tiene el potencial de modificar la eficacia y, por lo tanto, requiere de un extensivo proceso de desarrollo. Es algo que no se justifica dada la falta de evidencias que indiquen la existencia de un problema con la seguridad en el uso del timerosal», dice la organización.
octubre 24/2011 (EFE)
Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»