La sangre podría anidar los secretos de la juventud como así también los del envejecimiento, según reveló un estudio difundido en el último número de la revista Nature (doi:10.1038/nature10357) .

Las moléculas de la vejez hasta ahora aisladas por la “sangre  anciana” son dos: la eotaxina y la MCP-1.

El descubrimiento es fruto de un experimento verdaderamente  curioso: científicos de la Universidad de Stanford crearon  parejas de ratas, una joven y una vieja, uniendo sus sistemas circulatorios, es decir mezclando la sangre de los animales de diversas edades, una especie de parejas de siameses unidos a través de los vasos sanguíneos.

Los investigadores, dirigidos por Tony Wyss-Coray,  observaron qué sucedía en estas insólitas parejas de roedores,  con resultados verdaderamente sorprendentes: en el cerebro de  los viejos emergieron claras señales de rejuvenecimiento, en  una zona estratégica para la memoria, el hipocampo, aumentaron las nuevas neuronas, típica señal de la juventud.

Es en el hipocampo donde son producidas nuevas neuronas que sirven para el aprendizaje y la memoria. Con la edad esta producción de neuronas se convierten en menos eficaz y la memoria vacila.

Pero la sangre joven puede hacer cambiar esta situación y en realidad los roedores ancianos en la pareja joven-viejo comienzan a recordar mejor y a producir más neuronas.

Los ratones jóvenes, en cambio, resisten el influjo negativo de la “sangre vieja” y comienzan a producir menos neuronas y se resienten desde el punto de vista nemotécnico.

Los científicos buscaron luego las sustancias en la sangre  que influencian la edad del cerebro de los roedores, aislando desde el plasma sustancias muy abundantes en los ratones ancianos y poco en los jóvenes. Así apareció ante todo la eotaxina.

Los expertos vieron con una serie de exámenes que la eotaxina hace envejecer al cerebro: sucedió cuando los investigadores la inyectaron en la sangre de los roedores jóvenes, como cuando  mezclaron la sangre joven con la del anciano.

El grupo de Stanford también investigó sobre la sangre y el fluido cefalorraquídeo de individuos de varias edades y descubrió que también aumenta en los humanos con el paso de los  años.

Otra sustancia en el plasma de los roedores fue además conectada con el envejecimiento del cerebro de los ratones jóvenes, MCP-1, que ya otros científicos descubrieron y que es capaz de reducir la producción de nuevas neuronas.

Tanto eotaxina como MCP-1 son moléculas ligadas a la  actividad del sistema inmunológico, pero cómo hace envejecer al  cerebro aún es un misterio.

Esta investigación abre entonces una ventana a las nuevas  perspectivas para profundizar la comprensión de los procesos del  envejecimiento cerebral y también para las aplicaciones terapéuticas.
septiembre 8/2011 (ANSA)

Tomado del boletín de selección temática de Prensa Latina: Copyright 2011 “Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.”

Saul A. Villeda, Jian Luo, Kira I. Mosher, Bende Zou,  Markus Britschgi, Tony Wyss-Coray, et. al..  The ageing systemic milieu negatively regulates neurogenesis and cognitive function. Nature; publicado agosto 31/2011: 477, 90-94.

septiembre 18, 2011 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Problemas de Salud | Etiquetas: , , , , |

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