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Un estudio sugiere que los médicos estarían indicando demasiadas tomografías computarizadas (TC) o gammagrafías óseas para pacientes con cáncer de próstata de bajo o mediano riesgo, en los que no se recomienda utilizar esos exámenes.
El objetivo de esos estudios es controlar si el cáncer avanzó más allá de la próstata en los hombres con tumores de alto riesgo. Utilizarlos en otros pacientes es riesgoso porque la TC los expone a pequeñas dosis de radiación, que están asociadas con la aparición de futuros cánceres, y aumenta los costos del sistema de salud con pocos beneficios.
Los resultados sugieren también que no se les indican estos estudios a la suficiente cantidad de pacientes con cánceres de alto riesgo, lo que significa que algunos reciben tratamiento para la enfermedad localizada (en la próstata solamente) que es inútil si el cáncer se diseminó.
«Entre los pacientes de alto riesgo, esos son los que pueden tener nódulos linfáticos positivos o cáncer diseminado al hueso», explicó el doctor David Samadi, cirujano del Centro Médico Mount Sinai, de Nueva York, y que no participó del estudio.
«En los cánceres de bajo riesgo, la posibilidad de obtener un resultado positivo en una TC o gammagrafía ósea es muy baja», añadió Samadi.
Las guías de la Asociación Estadounidense de Urología recomiendan utilizar otros procedimientos, como el análisis del antígeno prostático específico (PSA, por sus siglas en inglés) para determinar el riesgo que tiene un paciente de tener un cáncer avanzado, y usar los exámenes por radiación para establecer el mejor tratamiento cuando la enfermedad es de alto riesgo.
El equipo del doctor Jim Hu, del Brigham and Women’s Hospital, en Boston, analizó con qué frecuencia los médicos cumplen esas recomendaciones.
Para eso, consultó una base de datos de beneficiarios de la cobertura federal Medicare con cáncer de próstata diagnosticado en el 2004 y el 2005; en total, reunió 30 000 casos.
El uso de la gammagrafía ósea y la TC era más común en los hombres con cáncer de alto riesgo. El 60 % de esos pacientes se había realizado por los menos uno de esos test.
Pero también un tercio de los pacientes con cánceres de bajo riesgo y casi la mitad de los hombres con tumores de mediano riesgo se había realizado un test entre el diagnóstico y el inicio del tratamiento.
El equipo estimó que el costo para Medicare de los exámenes innecesarios en pacientes con cáncer de bajo y mediano riesgo en ese grupo en dos años fue de 3,6 millones de dólares.
Los exámenes por imágenes adicionales, que las guías no recomiendan, «aumentan significativamente el gasto de Medicare sin mejorar la calidad de la atención de los hombres a los que se les diagnostica cáncer de próstata», escribe el equipo en la revista Cancer (DOI: 10.1002/cncr.26416).
Y cada TC expone a los pacientes a una pequeña dosis de radiación y a una oportunidad para que los médicos detecten algo «incidental», que no sería una amenaza, pero que los obliga a hacer más test o procedimientos, finalizó Samadi.
Agosto 30/2011 (Medlineplus)
Nota: Los lectores del dominio *sld.cu tienen acceso al artículo a texto completo a través de Hinari.
Sandip M. Prasad, Xiangmei Gu, Stuart R. Lipsitz, Paul L. Nguyen and Jim C. Hu. Inappropriate utilization of radiographic imaging in men with newly diagnosed prostate cancer in the United States. Publicado en Cancer. Agosto 5/2011