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Una investigación demuestra que entre las mujeres mayores de 30 años que se sometieron a una prueba de Papanicolaou y dieron negativo en el test de ADN del virus de papiloma humano (VPH), se detectaron muy pocos casos de cáncer o precáncer en los siguientes 3 años.
Para muchas mujeres, la consulta anual al ginecólogo o al médico de atención primaria incluye la prueba de Papanicolaou para la detección de cáncer de cuello uterino o de lesiones precursoras de la enfermedad. Sin embargo, una creciente en evidencias ha demostrado que muchas mujeres no precisan exámenes anuales de detección de cáncer de cuello uterino, en particular si también se les hace una prueba para detectar la presencia de los tipos de VPH causantes de cáncer.
Varios grupos de oncología y salud ginecológica han recomendado intervalos de 3 años entre las pruebas de detección de cáncer de cuello uterino en mujeres de 30 años en adelante que se hayan sometido a una prueba normal de Papanicolaou y presentan resultados
negativos en el análisis de VPH. Aún así, las recomendaciones no han sido ampliamente adoptadas en la práctica clínica común.
Los resultados de un amplio estudio sobre prácticas clínicas de rutina en el Kaiser Permanente Northern, de California (Estados Unidos), presentados en el congreso anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), ofrecen quizás la confirmación más contundente hasta la fecha en el sentido de que la prueba anual de Papanicolaou ya no es una necesidad. El estudio demostró que entre las mujeres de 30 o más años que se sometieron a una prueba de Papanicolaou normal y ofrecieron resultados negativos en el test de ADN del VPH, se detectaron muy pocos casos de cáncer o precáncer, en el período siguiente de 3 años.
En vista del temor al riesgo de cáncer, si las pruebas de detección se espacian en intervalos de 3 años, nuestro estudio quiere asegurar a médicos y pacientes que este intervalo es seguro, dijo el investigador principal del estudio, Dr. Hormuzd Katki, de
la División de Epidemiología y Genética Oncológica (DCEG) del National Cancer Institute (Estados Unidos).
El estudio encontró que la prueba de Papanicolaou no modificó de manera considerable el riesgo extremadamente bajo de cáncer en las mujeres VPH negativas. Pero para las mujeres VPH positivas, la prueba de Papanicolaou ayudó a identificar mejor el alto riesgo de
padecer cáncer. En virtud de ello, apuntó el Dr. Katki, los resultados también presentan una sólida hipótesis de que primero se debe realizar la prueba de VPH y, si resulta negativa, se le puede pedir a la mujer que vuelva en 3 años. Si el análisis del VPH resulta positiva, la prueba de Papanicolaou puede ayudar a determinar si se requiere una colposcopia para examinar el cuello uterino de la paciente y observar si hay signos de cáncer.
Pero esta posibilidad deberá ser objeto de más estudios y evaluación en la práctica clínica rutinaria antes de que podamos estar seguros, señaló el Dr. Katki.
junio 24/2011 (JANO)