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“El 40% de los miopes con más de 8 dioptrías corre el riesgo de tener algún tipo de enfermedad del centro de la retina, con importante pérdida de visión.”
El oftalmólogo Carlos Mateo, del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO), expone así la razón de que la alta miopía constituya actualmente una de las principales preocupaciones de los especialistas. Mateo es, junto con Borja Corcóstegui, el coordinador del Congreso Internacional de Novedades Médicas y Quirúrgicas en Retina, que hasta el sábado reúne en Barcelona a 300 oftalmólogos.
A fin de paliar los efectos de la alta miopía, Mateo ha desarrollado la llamada \»indentación macular\», que se presenta en el marco del congreso. Esta técnica permite remodelar el globo ocular y devolverle su forma esférica normal.
Los pacientes con alta miopía, cerca de un 2% de la población, tienen una mayor predisposición a ciertas enfermedades oculares, como glaucoma o cataratas, y, especialmente, a las relacionadas con la retina, como desprendimiento de retina, degeneración de la retina central por placas de atrofia, crecimiento de vasos por debajo de la retina en el área macular, agujero macular miópico o separación de las capas de la retina macular, también conocida como squisis.
“Las enfermedades de la retina pueden ocasionar una discapacidad visual importante e incidir directamente en la calidad de vida del paciente, especialmente cuando se declaran en edad laboral, como suele ocurrir en las personas con alta miopía”, explica el especialista del IMO.
Los pacientes miopes con problemas de retina pueden llegar a quejarse de ver las líneas onduladas o manchas opacas en su campo visual, así como de perder agudeza visual. No obstante, Mateo recuerda que, “aun en el caso de que no tengan síntomas, los miopes altos requieren controles oftalmológicos regulares para comprobar que no haya lesiones en la retina, que muchas veces pueden pasar desapercibidas”.
La especial predisposición de las personas con alta miopía a padecer problemas de retina se debe al alargamiento patológico del globo ocular, que hace que la retina pueda verse afectada por tracción o por desprendimiento de sus capas.
junio 7/2011 (Diario Salud)