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Un nuevo estudio, publicado recientemente en la versión en línea de International Journal of Obesity indica que el sueño, la depresión y el estrés son componentes fundamentales de un programa de intervención para bajar de peso.
Se considera que la actual epidemia de obesidad en Estados Unidos obedece a diversos elementos contribuyentes, entre ellos, factores genéticos, ambientales y relacionados con el estilo de vida, tales como las alteraciones en los patrones de sueño. Múltiples estudios han demostrado una relación inversa entre la duración del sueño y el aumento de peso.
Para comprender mejor los efectos del sueño, la duración del sueño, la depresión y el estrés sobre el éxito para bajar de peso, los investigadores, dirigidos por el Dr. Charles Elder del Kaiser Permanente Center for Health Research, Portland, Oregon (Estados Unidos), llevaron a cabo un estudio clínico aleatorio de fase 2.
La fase 1 comprendió una intervención conductual no aleatoria para bajar de peso durante seis meses en la que participaron 472 adultos con obesidad (índice de masa corporal, 30 a 50 kg/m2). La fase 2 incorporó el mantenimiento de la pérdida de peso. El estudio actual se enfoca en los resultados de la fase 1.
La intervención de la fase 1 comprendió 22 sesiones de grupo, dirigidas por un psicoterapeuta conductual, que se llevaron a cabo durante el curso de 26 semanas. A los participantes se les recomendó que redujeran el consumo de alimentos en 500 calorías al día, que adoptaran el tipo de alimentación DASH (Dietary Approaches to Stop Hypertension -Enfoques Alimentarios para Detener la Hipertensión- y que realizaran un mínimo de 180 minutos de ejercicio por semana.
La media de la pérdida de peso durante la fase 1 fue 6,3 ± 7,1 kg y 285 participantes (60%) que tuvieron una pérdida mínima de 4,5 kg fueron seleccionados de manera aleatoria para la fase 2. Los participantes asistieron a un promedio de sesiones de 73,1% ± 26,7%. Llenaron 5,1 ± 1,9 registros de alimentos diarios por semana y comunicaron 195,1 ± 123,1 minutos de ejercicio por semana.
Se demostró que el estrés y la duración del sueño eran factores importantes para participar en la fase 2. Un cambio de un punto en la Escala de Estrés Percibido se acompañó de oportunidades relativas de 0,966 (más eficacia asociada a menos pérdida de peso, intervalo de confianza del 95%: 0,937 a 0,995; p =0,024). Los participantes con una tendencia cuadrática en la duración del sueño tuvieron oportunidades relativas de 0,797 (intervalo de confianza del 95%: 0,649 a 0,978; p = 0,030). Los participantes que dormían seis a siete horas o siete a horas tuvieron más posibilidades de reunir los requisitos para la fase 2 que los pacientes con otras duraciones de sueño.
Al ingresar en el programa, un menor estrés se relacionó con más pérdida de peso subsiguiente (declive: 0,132; EE: 0,054; t = 2,42; p = 0,021).
Las modificaciones de los factores pronósticos iniciales durante el programa tuvieron repercusiones importantes en el éxito. La reducción del estrés entre el ingreso al estudio y una consulta de seguimiento de pérdida de peso posterior según se midió mediante la Escala de Estrés Percibido conllevó una mejor reducción de peso (r = 0,159; p = 0,048). Se observó una tendencia similar en la depresión según se midió mediante el Cuestionario de Salud Personal -Subescala de Presión (r = 0,223; p = 0,035).
Los investigadores no demostraron ninguna correlación entre el tiempo de detección y el éxito para bajar de peso. La asistencia a las sesiones se correlacionó positivamente con la eficacia en la reducción de peso (r = -0,621), lo mismo que el ejercicio (r = -0,361) y en los registros de alimentos (r = -0,501; todas las p < 0,001).
Los autores del estudio terminaron diciendo que \»estos resultados indican que los médicos y los investigadores podrían evaluar poner en práctica medidas dirigidas al sueño, la depresión y el estrés como parte de intervención conductual para bajar de peso.
Este estudio fue patrocinado por el National Center for Complementary and Alternative Medicine, National Institutes of Health.
abril 25/2011 (Medscape) (Registrarse en el sitio)
C R Elder1, C M Gullion1, K L Funk1, L L DeBar1, N M Lindberg1 and V J Stevens. Impact of sleep, screen time, depression and stress on weight change in the intensive weight loss phase of the LIFE study. Journal of Obesity. Publicado en versión preliminar marzo 2011.