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Las fosas marinas, las regiones más profundas de los océanos, son grandes sumideros de carbono, demuestran científicos daneses tras sus ensayos sobre la acumulación de ese material orgánico en los mares.
El dióxido de carbono, producido por algas y peces habitantes de sus inmediaciones, se deposita en esas zonas y es digerido por las bacterias, degradado o enterrado. Nos interesa conocer cuánto hay allí, señaló Ronnie Glud, líder del proyecto.
El académico de la Universidad del Sur de Dinamarca, y de la Asociación Escocesa de Ciencias Marinas, explicó que el estudio muestra cómo las fosas atrapan los sedimentos y también registran una gran actividad. Existe un sumidero de dióxido de carbono en el océano profundo, del que no se tenía ninguna información, dijo.
Estas depresiones cubren solo el 2% del océano, pero los datos nos brindan un panorama general de cuán eficiente es el mar en capturar y secuestrar ese compuesto en el ciclo global del carbono, añadió el especialista.
Para llevar a cabo sus estudios, los científicos trabajaron en la fosa de las Marianas, la región más profunda de la corteza terrestre ubicada en el fondo del océano Pacífico noroccidental. Con varios robots diseñados para tolerar las grandes presiones y sensores especiales, evaluaron la cantidad de carbono presente en esas profundidades.
Su próximo estudio estará centrado en cuantificar el dióxido de carbono acumulado en las fosas marinas profundas en comparación con otras regiones marinas y qué cantidad procesan las bacterias.
Las fosas marinas son regiones deprimidas y alargadas del fondo submarino donde aumenta la profundidad del océano. Es una forma de relieve que puede llegar hasta los once kilómetros de profundidad. En el Pacífico occidental se encuentra el mayor número de ellas y las más profundas, con seis fosas que superan los 10 000 metros.
Londres, enero 17/2011 (PL)