“Derechos aquí y ahora\». Así de tajante es la exigencia de la conferencia internacional SIDA 2010 que comienza el domingo en Viena con la participación de 25 000 expertos y que, aparte de la prevención y el tratamiento, se centrará en denunciar la discriminación y la criminalización de los grupos de más riesgo.
Científicos, políticos, religiosos, cooperantes, artistas, miembros de la realeza e incluso representantes de marcas de preservativos pasarán por Viena hasta el día 23 de julio para llamar la atención sobre una afección que ha cobrado 25 millones de vidas y que en 2008 afectaba a más de 33 millones de personas, según la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La cita de Viena pretende ser un recordatorio de que, pese a los grandes avances en el tratamiento y, en menor escala, en la prevención, aún hay mucho que hacer tanto en los laboratorios como en los despachos. Y es que las cifras del sida son escalofriantes. Sólo en 2008, 2,7 millones de personas se infectaron con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), el 97% en países pobres o en vías de desarrollo. En todo el mundo, 11 millones de enfermos no tienen acceso a los tratamientos antirretrovirales.
Pero si la conferencia quiere seguir llamando la atención sobre la parte médica, otro de los objetivos esenciales es exigir mayores derechos y protección para los enfermos y las personas más susceptibles de contraer la enfermedad. \»SIDA 2010 subrayará que la protección de los derechos humanos es un requisito fundamental para una respuesta efectiva al VIH\», según la declaración de objetivos de la conferencia.
\»Es ya evidente que el estigma, la discriminación y la violación de derechos, así como políticas punitivas o equivocadas hacia los grupos de población más afectados por el VIH son grandes obstáculos para dar una respuesta efectiva al VIH\», reporta. De hecho, uno de los documentos de trabajo de la conferencia, la llamada Declaración de Viena, afirma que \»la penalización de los consumidores de drogas ilícitas está fomentando la epidemia de VIH con consecuencias sociales y de salud tremendamente negativas. Se necesita una completa reorientación de la política\».
El debate sobre la necesidad de que las estrategias de reducción del daño tomen el relevo a las políticas represivas será uno de los ejes esenciales de la conferencia de Viena. La declaración, redactada por un comité de expertos en el que se cuenta la Nobel de Medicina Fran oise Barré-Sinoussi, denuncia que el actual enfoque represivo en la lucha contra la drogadicción no sólo ha fracasado, sino que contribuye a la expansión del contagio por VIH.
Los redactores del documento llegan a pedir al Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que \»con urgencia implemente medidas que aseguren que el sistema de las Naciones Unidas (…) hable con una sola voz en apoyo de la despenalización de los consumidores de drogas\». \»Muchos de nosotros que trabajamos en investigación y cuidado del sida nos enfrentamos cada día a los impactos devastadores de las políticas de drogas mal informadas\», aseguró al respecto el doctor argentino Julio Montaner, presidente de la conferencia.
En ese sentido, la reunión quiere hacer especial hincapié en la situación de Europa del Este y Asia Central, donde el sida se está expandiendo a un ritmo preocupante, debido sobre todo al uso de drogas inyectables y a su excesiva criminalización.
La XVIII Conferencia del sida quiere avanzar en el debate que comenzó en la última cita de este tipo, la de México 2008, y para ello contará con destacados políticos y famosos del mundo del espectáculo. Su celebración en el 2010, fecha que la ONU se fijó hace cuatro años como límite para asegurar el acceso universal a los tratamientos contra el VIH, quiere incidir en que esa batalla aún no está ganada y la omnipresente crisis económica no es excusa para dejar de invertir en la lucha contra la enfermedad.
La Conferencia de Viena está organizada por la Sociedad Internacional del Sida con la colaboración del Programa de Naciones Unidas sobre VIH/sida (Onusida), el programa conjunto de Naciones Unidas sobre este enfermedad, y de las autoridades austríacas.
Viena, julio 15/2010 (EFE)

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