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Identificar la demencia de forma temprana puede reducir el costo del tratamiento en un 30%, dijeron investigadores estadounidenses, en un hallazgo que podría aliviar la fuerte carga financiera que genera la enfermedad de Alzheimer en el sistema de salud.
Test de rutina que identificaron a pacientes con señales tempranas de demencia ayudaron a disminuir los costos promedio en alrededor de 2000 dólares por persona en el primer año, al eliminarse el dinero gastado en exámenes y tratamientos innecesarios, afirmaron los expertos.
\»Eso se traduce en miles de millones de dólares que potencialmente podríamos ahorrar\», indicó el doctor Riley McCarten, del Centro Médico de Veteranos de Minneapolis, a periodistas en una reunión de la Asociación de Alzheimer, en Honolulu, Estados Unidos. En la sesión expertos del Instituto Nacional de Envejecimiento propusieron nuevas guías para diagnosticar la enfermedad cerebral incluso antes de que los pacientes presenten síntomas.
El Gobierno estadounidense, aseguradoras privadas y los individuos gastan 172 000 millones de dólares anuales para tratar a las personas con la afección, una condición fatal e incurable que afecta a más de 26 millones de personas en el mundo y es la forma más común de demencia. Para el 2050, el costo del tratamiento llegará a 1,08 billones de dólares anuales en Estados Unidos, de acuerdo a la asociación.
McCarten precisó que, en el país norteamericano, la mayoría de los pacientes con demencia nunca son diagnosticados y a menudo acuden a las salas de emergencia con un problema agudo cuando lo que en realidad tienen es una enfermedad cerebral fatal. \»La gente va de una crisis a la otra. Hay una tremenda cantidad de recursos de salud dedicados a manejar con agudeza una enfermedad crónica\», enfatizó.
McCarten y su equipo analizaron siete centros médicos de Administración de Veteranos para ver cuánto dinero podían ahorrar haciendo test de memoria de dos minutos a los pacientes. Más de 8000 participantes mayores de 70 años se sometieron al test y el 26% falló. A este grupo se le ofreció un ejercicio de 90 minutos para diagnosticar la demencia.
Alrededor de un tercio de los que fracasaron en la prueba inicial fueron controlados. De estos, el 97% tenía alguna forma de discapacidad cognitiva y un 76%, demencia. Las personas diagnosticadas y sus familias se reunieron con profesionales para diseñar un plan de tratamiento y el equipo rastreó los costos durante un año. Luego de restar el costo de evaluación, los pacientes ahorraron un promedio de 1700 dólares anuales, destacó McCarten.
\»Hallamos ahorros en el corto plazo, en un período de un año\», explicó. El diagnóstico temprano da a los pacientes la oportunidad de decidir acerca de su propio tratamiento y brinda a las familias tiempo para adaptarse a la enfermedad, agregó.
Honolulu, julio 15/2010 (Reuters)