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La reaparición de tumores, problemas circulatorios y respiratorios figuran entre los efectos secundarios de pacientes que superaron un cáncer en la infancia, incluso pasados 25 años del diagnóstico. Así lo corrobora un reciente estudio publicado en la Journal of the American Medical Association (JAMA), que incluyó a 18 000 niños diagnosticados de 1940 a 1991.
Quienes superan un cáncer en su infancia tienen una mortalidad 11 veces superior a la de la población general, explicó Raoul Reulen, de la Universidad británica de Birmingham. Trascurridos los años ese riesgo se mantiene tres veces superior a la media. En este lapso, las recurrencias del cáncer sólo explican un 7% de las muertes adicionales, mientras que los segundos tumores, diferentes del diagnosticado en la infancia, y los problemas cardiovasculares se incluyen en el 77%, añadió.
Los científicos de Birmingham aconsejan un seguimiento a largo plazo en la salud de quienes reciben un diagnóstico de cáncer en sus primeros años de vida. Nuestros datos, brindan información para reducir el elevado número de muertes prematuras. Aunque no todos los pacientes requieren un seguimiento tan estricto, lo importante es diseñar un control a la medida de sus necesidades, agregaron.
La mejora en las técnicas de radioterapia y en los fármacos de quimioterapia hace pensar que estas secuelas cada día serán menores. Con una incidencia de 14 enfermos por cada 100 000 niños en países desarrollados, el cáncer infantil aparece según los diferentes grupos de edad. Las leucemias, los tumores del sistema nervioso y el linfoma no-Hodgkin se encuentran entre los más frecuentes, subrayó Reulen.
Washington, julio 14/2010 (PL)