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La vacunación permite salvar millones de vidas, pero las nuevas enfermedades infecciosas y las cepas resistentes a los fármacos dificultan las posibilidades de los países en desarrollo, en especial de Asia, de cumplir los Objetivos de Desarrollo de las Naciones Unidas para el Milenio (ODM).
“Tendremos dos grandes problemas con las nuevas enfermedades infecciosas en la próxima década: brotes que pueden transformarse en pandemia y el continuo aumento de la resistencia antimicrobiana”, dijo a IPS la profesora Tanya Sorrel, directora del Instituto de Emergencia de Enfermedades Infeccionas y de Bioseguridad, con sede en la Universidad de Sydney.
“Tenemos el doble problema, prevenir y manejar brotes de enfermedades y tratar las infecciones que no responden a los fármacos disponibles”, explicó.
Sorrell, junto con 350 científicos, académicos y médicos del mundo, participó en la conferencia anual de la Sociedad de Australasia para Enfermedades Infecciosas, realizada en la norteña ciudad australiana de Darwin en mayo.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH), causante del sida, el paludismo y la tuberculosis son enfermedades infecciosas que representan un gran peso para las naciones en desarrollo porque retrasan el desarrollo social y económico.
El paludismo hace disminuir el producto interno bruto en más de un 1,3% en países donde se propaga fácilmente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Éste será un año decisivo en la lucha contra las tres enfermedades, según especialistas, porque la comunidad internacional revisa la situación de los ODM, y los países deben renovar sus compromisos financieros con el Global Fund, respaldado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y principal contribuyente para lograr las metas de salud.
Los objetivos apuntan a reducir a la mitad la proporción de personas que viven en la indigencia y padecen hambre, lograr la educación primaria universal, promover la igualdad de género, reducir la mortalidad infantil en dos tercios y la materna en tres cuartos, en el período entre 1990 y 2015.
También luchar contra la expansión del VIH/sida, el paludismo y otras enfermedades, asegurar la sustentabilidad ambiental y generar una sociedad global para el desarrollo entre el Norte y el Sur.
“Ganamos la batalla o la perdemos. No se puede interrumpir la lucha contra las tres enfermedades”, señaló el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.
“Si se controla el paludismo en África se puede reducir la mortalidad infantil y cumplir los ODM”, señaló Kevin Marsh, director del programa Wellcome Trust, del Instituto de Investigación Médica de Kenia, en la oriental ciudad costera de Kilifi.
La incidencia de la enfermedad descendió un 90% en los últimos cinco años en esa zona de Kenia y la mortalidad infantil pasó de 115 fallecidos cada 1000 menores de cinco años a 74 en 2009, añadió.
Hay 500 millones de casos de paludismo, casi un 40% en Asia, y se mueren un millón de personas al año, el 90% de ellas en África, según la OMS.
“Los cambios epidemiológicos del paludismo en Asia sudoriental, incluida la aparición y la propagación de cepas resistentes, plantean nuevos desafíos a los esfuerzos regionales para eliminar la enfermedad”, señaló el profesor Ric Price, de la Facultad Menzies de Investigación Médica, en Darwin.
“Estimamos que se necesitarán entre 4000 y 5000 millones de dólares al año para controlar el paludismo en los próximos 20 a 30 años”, añadió.
“Tendremos un situación muy grave” si no se controlan los casos resistentes a la artemisina, el fármaco con que se trata la enfermedad, advirtió Marsh, profesor de Medicina Tropical, de la Universidad de Oxford.
Hay cinco especies de parásitos que suelen causar paludismo en los humanos, dos de las cuales implican serias consecuencias para la salud. En Asia, el desafío es controlar el Plasmodium vivax.
También se observó en la región, la aparición de otra especie que puede ser mortal para los adultos, el Plasmodium knowlesi, en especial en Malasia.
Los macacos cola de cerdo y cangrejo son los huéspedes del parásito, indicó Timothy William, jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Queen Elizabeth de Sabah, en Malasia.
“Es difícil tratar o erradicar a los huéspedes por razones obvias. Un 30% de los casos que estudiamos eran muy graves. Es fundamental realizar un diagnóstico temprano e indicar un tratamiento”, señaló.
Más de un 60% de las enfermedades infecciosas que aparecen tienen que ver con el vínculo entre animales y humanos. “El 70% de esos casos surgen por el contacto con fauna silvestre”, dijo Sorrell a IPS.
“El problema es mucho más importante en las naciones en desarrollo por la limpieza de tierras, la crianza intensiva de aves y las enfermedades que pasan de las silvestres a las domésticas”, explicó.
Otro gran problema es la resistencia a los medicamentos, en especial a los antibióticos, de algunas enfermedades como la tuberculosis, la fiebre tifoidea, el paludismo y otras de transmisión sexual como la gonorrea.
En los últimos años se reanudaron las investigaciones de vacunas para evitar y tratar esas infecciones y otras enfermedades evitables en los países en desarrollo.
“El objetivo a largo plazo es que las vacunas sean rutinarias”, indicó Marsh. La inmunización es uno de los mayores esfuerzos internacionales para contener la propagación de enfermedades”, añadió.
La vacunación es especialmente importante para los menores con riesgo de infectarse con el neumococo, señaló Andrew Pollard, profesor de infecciones pediátricas y director del Grupo de Vacunación de la Universidad de Oxford.
“La neumonía bacteriana es la más común en la infancia y es la primera causa de muerte en los niños en Asia meridional y Asia sudoriental”, señaló.
Es fundamental cortar las infecciones de raíz para alcanzar los ODM en materia de salud, coincidieron los especialistas.
Syndey, junio 14 (IPS)