Los imanes, en vez de los antibióticos, podrían proporcionar un posible nuevo método de tratamiento para las infecciones de la sangre. Esto implica mezclar de la sangre de los pacientes con partículas de hierro magnéticas, que se enlazan a las bacterias, después de lo cual son eliminadas del flujo sanguíneo usando imanes. Con ellas, también se ven arrastradas las bacterias. Las pruebas iniciales de laboratorio en los Laboratorios Federales Suizos para Ciencia y Tecnología de Materiales (EMPA) han resultado ser exitosas, y parecen prometedoras.

La intoxicación sanguínea sigue siendo fatal para más del 50 por ciento de los casos, pero puede ser curada si se la trata en una etapa temprana. La mayor prioridad por tanto es actuar con la máxima rapidez. Por esa razón, los médicos administran normalmente antibióticos incluso cuando solo se sospecha que se ha producido una intoxicación sanguínea, sin determinar primero si realmente se trata de una sepsis bacteriana, lo que a su vez incrementa mucho el riesgo de que se desarrolle resistencia ante los antibióticos usados. Es por tanto importante identificar y desarrollar una terapia rápida y efectiva, si es posible sin que se necesite el uso de antibióticos.

El equipo de Inge Herrmann, investigadora de la EMPA, está desarrollando una solución en colaboración con el experto en modelado Marco Lattuada, del Instituto Adolphe Merkle en Suiza, y médicos de la Escuela de Medicina de la Universidad Harvard. La idea para el tratamiento consiste en la purificación magnética de la sangre. El principio es, al menos en teoría, bastante simple. Se recubren partículas de hierro con un anticuerpo que detecta a las bacterias perniciosas de la sangre y que se adhiere a ellas. Tan pronto como dichas partículas quedan unidas a las bacterias, son retiradas de la sangre de manera magnética, y con ellas son arrastradas las bacterias nocivas adheridas.

Sin embargo, hasta ahora se ha venido arrastrando un problema: solo ha sido posible recubrir las partículas magnéticas con antibióticos que reconocen un tipo concreto de bacterias, algo de utilidad escasa ya que en una infección puede haber implicadas muchas clases de bacterias. Usando análisis sanguíneos, los médicos deben por tanto determinar primero qué bacteria está causando la intoxicación de la sangre antes de que se puedan usar los anticuerpos apropiados. Este análisis lleva su tiempo, y el tiempo disponible para combatir una intoxicación sanguínea antes de que se agrave demasiado es escaso. Esta es una de las razones principales de que hasta la fecha raramente se haya empleado la diálisis magnética.

La innovación lograda por Gerald Pier y sus colegas de la Universidad Harvard consiste en un anticuerpo que puede unirse a casi todas las bacterias capaces de desencadenar una intoxicación sanguínea, así que si existe la sospecha de una sepsis, se puede iniciar inmediatamente el tratamiento magnético, sin que importe qué patógeno se halla en la sangre.
diciembre 30/2016 (noticiasdelaciencia.com)
Leer más sobre el tema en:

Magnetic separation-based blood purification: a promising new approach for the removal of disease-causing compounds?

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