Los pacientes que padecen el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) tienen mayor tendencia a padecer determinadas enfermedades, como confirma Celia Miralles, de la Unidad de VIH del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi). «La prevalencia de comorbilidades es mayor debido a varios factores: la acción del propio VIH, la presencia de más factores de riesgo (por ejemplo, fumar en las enfermedades cardiovasculares) y la acción de algunos fármacos antiretrovirales», resume.

Por ello, Miralles confía en una mejora del tratamiento antirretroviral «que, además de controlar el virus y permitir que se reinstaure el sistema inmunológico, se adecue y adelante a estas comorbilidades que se han venido observando. La terapia ideal incluirá fármacos que controlen la inflamación persistente; fármacos, además de bien tolerados y sencillos de tomar, con buen perfil metabólico, no nefrotóxicos, sin afectación ósea…».

Unidades de VIH
En este sentido, Miralles considera fundamental que las unidades de VIH prevean y diagnostiquen precozmente las alteraciones que puedan producirse. «Para ello es necesaria una aproximación integrada con otros especialistas, como cardiólogos, endocrinos, nefrólogos… En resumen, las comorbilidades están presentes en nuestro constante aprendizaje y nuestra práctica diaria».

Las enfermedades relacionadas con el sistema cardiosvascular están entre las tres primeras causas de muerte en personas infectadas con VIH. Éstas tienen también una prevalencia más alta de enfermedades relacionadas con los riñones, el hígado y la función cognitiva, además de las afecciones malignas y la enfermedad ósea metabólica. «Hay matizaciones en el caso de los cánceres. Excluyendo a los que son diagnóstico de sida (como el sarcoma de Kaposi o el linfoma no-Hodking), algunos tumores son más frecuentes en las personas con VIH, como el cáncer de mama, el de próstata o el de pulmón, según algunos estudios».

En cuanto a la edad, se observa una mayor presencia de otras enfermedades a medida que el paciente envejece y lleva muchos años con el VIH y sus terapias. Sin embargo, Miralles matiza que es muy debatido el tema del supuesto envejecimiento precoz de las personas que viven con el VIH. «Esto se confirmaría en los diagnosticados antes de la nueva generación de fármacos y la indicación de tratamiento a todos los infectados».

Antes del TAR
Miralles recuerda que «en la era previa al tratamiento antirretroviral (TAR) y en las primeras etapas de éste, los pacientes sufrían, además de la inflamación mantenida por el propio VIH, enfermedades oportunistas y tumores, y el efecto mantenido de fármacos tóxicos. Con los fármacos actuales, solo los presentadores tardíos son sometidos a este desgaste que se asemeja en muchos aspectos al envejecimiento». Y explica cómo antes la menopausia en las mujeres VIH era precoz y sintomática.

La formación de las nuevas generaciones de expertos en el VIH es muy variable a través de los hospitales españoles, como lo es también el modo de atender a la población. «No existe la especialidad de enfermedades infecciosas y, por lo tanto, tampoco un modo reglado de hacerse experto. Y en algunos casos no hay relevo generacional para los médicos que comenzaron en los albores de la epidemia».
mayo 12/2016 (Diario Médico)

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