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En este marco, un nuevo fármaco, brigatinib, mejora los resultados conseguidos hasta ahora, con una reducción del riesgo de progresión de la enfermedad o de fallecimiento en más de un 50 por ciento, con una actividad especialmente marcada en el cerebro.
Los nuevos tratamientos frente a dianas terapéuticas relacionadas con alteraciones genéticas no hereditarias de las células tumorales constituye otro campo, junto a la inmunoterapia, que está proporcionando avances significativos en el abordaje del cáncer de pulmón.
El ensayo ALTA-1L fase III, que ha evaluado los resultados con brigatinib, un inhibidor de segunda generación frente, a crizotinib, en CPNM ALK+, y cuyos resultados se han presentado en la Conferencia Mundial sobre Cáncer de Pulmón, celebrada recientemente en Toronto y han sido publicados simultáneamente en The New England Journal of Medicine, ha demostrado su potencial como fármaco clave para el tratamiento de primera línea de este tipo de tumor, ha explicado Javier de Castro, jefe de sección de Oncología del Hospital La Paz y director de la unidad de Oncología Torácica del Centro Integral Oncológico Clara Campal.
En el ensayo global, multicéntrico, aleatorizado abierto y comparativo, se incluyeron 275 pacientes con CPNM localmente avanzado o metastásico ALK+ que no habían recibido previamente tratamiento con un inhibidor del ALK, aunque podían haber recibido quimioterapia.
Se estima que entre el 3 y el 5 por ciento de los pacientes con CPNM metastásico presentan alteración del gen ALK, en concreto una traslocación o reordenamiento de la quinasa de linfoma anaplásico.
Una característica importante de estos pacientes es que suele tratarse de población con una edad más joven que la afectada por el resto de variantes de cáncer de pulmón, con 51 años de edad media y es más frecuente en mujeres que en varones. “Además suele ser una población con escasa historia previa de tabaquismo”, según De Castro, donde la quimioterapia convencional no consigue buena respuesta.
El descubrimiento de ALK como una diana terapéutica y el hallazgo de dianas eficaces que bloquean esta proteína y que son capaces de frenar significativamente el crecimiento del tumor, abrió un nuevo paradigma en el tratamiento de estos casos.
Ahora brigatinib supone un nuevo avance frente al tratamiento estándar con crizotinib, con una mejor tasa de respuesta y una reducción del riesgo de progresión de la enfermedad en un 51 por ciento. “Además hemos visto ya que el control de los pacientes con metástasis cerebral al inicio es también muy superior y también el riesgo de desarrollo de enfermedad secundaria sea menor”.
Bartomeu Massuti, secretario del Grupo Español de Cáncer de Pulmón y jefe de Oncología del Hospital General de Alicante, ha destacado el cambio que está suponiendo la disposición de dianas terapéuticas específicas en cáncer de pulmón, desde que en 2004 se demostrara la eficacia de actuar sobre el EFGR, una alteración que está presente en aproximadamente el 11 por ciento de los casos. En estos pacientes los inhibidores de tirosina cinasa que compiten con la unión de ATP consiguen mejor respuesta que quimioterapia y con menos efectos secundarios.
Un análisis del Registro de Tumores Torácicos promovido por el Grupo Español de Cáncer de Pulmón, y tras analizar más de 3000 casos avanzados diagnosticados en hospitales españoles desde 2004, ha demostrado que a un 74 por ciento de los pacientes ya se les realiza análisis de esta mutación para poder implementar un tratamiento personalizado, lo que confirma que “en la mayor parte de los hospitales la determinación de biomarcadores para decisión terapéutica en cáncer de pulmón es ya mayoritaria”. La determinación de ALK se realiza en el 59 por ciento de los casos, ROS1 en el 21 por ciento y BRAF en el 10 por ciento.
octubre 15/2018 (diariomedico.com)