El Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) ha desarrollado una cápsula que podría utilizarse para administrar dosis orales de insulina y reemplazar de forma potencial las inyecciones en diabetes tipo 2. El trabajo se publica en Science.
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La cápsula contiene una pequeña aguja de insulina comprimida que se inyecta al llegar al estómago. En estudios con animales, los investigadores han mostrado que podrían administrar suficiente insulina para reducir los niveles de azúcar en sangre de forma comparable a las inyecciones subcutáneas. Además, el dispositivo podría ser adaptado para administrar otros fármacos.
“Esperamos que este tipo de cápsula pueda ayudar a los pacientes con diabetes y quizá a otros que requieran terapias inyectables”, ha explicado Robert Langer, miembro del Instituto Koch para Investigación Integrativa del Cáncer del MIT, y uno de los autores principales del estudio, cuyo primer autor es Alex Ambramson.
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Hace unos años Langer, y Giovanni Traverso, de la Facultad de Medicina de Harvard, desarrollaron una pastilla que estaba recubierta de numerosas agujas diminutas que podían utilizarse para inyectar fármacos en la pared del estómago o en el intestino delgado. En el desarrollo de esta nueva píldora, los investigadores cambiaron el diseño para que cuente con una única aguja, lo que les permite evitar la inyección de fármacos en el interior del estómago donde los ácidos estomacales podrían evitar que tuvieran efecto.
La punta de la aguja está formada de insulina cien por cien comprimida y liofilizada utilizando el mismo proceso que se realiza para la fabricación de pastillas. Por su parte, el cuerpo de la aguja está fabricado con un material biodegradable. Dentro de la cápsula, la aguja está sujeta a un resorte de compresión que la coloca en su lugar con la ayuda de un disco de azúcar. Al tragar la píldora se disuelve en el estómago el disco dejando libre el resorte e inyectando la aguja en la pared estomacal, que al carecer de receptores del dolor, no permitirá, en principio, sentir dolor al paciente.
Dispositivo orientable
Además, para asegurar que el fármaco se inyecta en la pared del estómago el diseño del dispositivo para que este pueda orientarse y la aguja se inyecte en el estómago . Para que esto ocurra de esta manera el equipo de investigación se inspiró en la tortuga leopardo, oriunda de África, cuyo caparazón en forma de cúpula le permite darse la vuelta si cae sobre su parte posterior. Siguiendo este modelo, la aguja se reorienta incluso en entornos dinámicos del estómago. Una vez que se inyecta la aguja la rapidez de disolución de la insulina vendrá pautada por la preparación de la píldora. En el estudio la insulina tardó en torno a una hora en ser completamente administrada en el flujo sanguíneo.
En los estudios realizados en cerdos se ha comprobado la administración con éxito de 300 microgramos de insulina y, recientemente, se ha elevado la dosis a 5 miligramos, una cantidad comparable a la que un paciente con diabetes tipo 2 podría necesitarse para inyectarse. Además los investigadores no han observado efectos adversos.
El equipo del MIT continuará trabajando con Novo Nordisk, presente en el equipo de trabajo desde el comienzo del estudio, para desarrollar la tecnología y optimizar el proceso de fabricación de las pastillas.
febrero 11/2019 (diariomedico.com)