Hace tan solo unos años, parecía improbable hablar sobre el fin de la epidemia de sida. Sin embargo, los avances de la ciencia, el apoyo político y las respuestas comunitarias empiezan a dar algunos frutos y ayudan a pensar en un futuro mejor.
De acuerdo con el más reciente informe de ONUSIDA, en 2011 las nuevas infecciones disminuyeron, y más personas que nunca viven hoy con el VIH, en gran parte debido al mayor acceso al tratamiento antiretroviral, que ha ayudado a reducir las muertes relacionadas con la enfermedad, especialmente en los últimos años.

Basado en estas esperanzas, científicos, políticos, y sociedad civil, se reunieron en la XIX Conferencia Internacional de sida, en Washington, Estados Unidos, donde con gran optimismo presentaron las últimas novedades en el tema y hablaron no solo de terminar con la transmisión, sino de lograr una cura para la enfermedad.

En ese sentido, Javier Martínez-Picado, profesor del Instituto de Investigación del SIDA «IrsiCaixa» de España, explicó a Prensa Latina durante el evento que existen muchos trabajos en curso, algunos bastante avanzados.

Lo primero es intentar buscar tratamientos que sean limitados en el tiempo y que eso permita descontinuarlos sin que el virus rebrote en la sangre. Con ello, no solo mejorará la calidad de vida de los afectados, también la transmisión, y los costos, aseguró.

Señaló que en la actualidad se trabaja en varias líneas principales. La primera intensificar y optimizar la terapia antirretroviral existente, que podría eliminar las replicaciones del virus.

Una segunda es haciendo combinaciones de fármacos más efectivas, que despertarían a las células en estado latente para luchar contra el virus escondido, además de la vacunación terapéutica para mejorar la respuesta inmunitaria del paciente y controlar el VIH a niveles bajos.

Otro aspecto se refiere al apasionante mundo de la terapia génica, para ello se avanza en dos estrategias, la primera, intentar que el ADN quede liberado del virus, y la otra es la de inhabilitar un gen que bloquee la entrada del patógeno, y las personas se hagan refractarias a la replicación viral, manifestó.

Este es el caso del llamado «paciente de Berlín», un seropositivo que en 2007 fue sometido a un trasplante de médula ósea y logró la curación, pero aclaró que esta iniciativa no se puede generalizar en estos términos por su complejidad y alto costo, aunque aporta nuevas luces para una futura estrategia de curación.

No obstante, recordó que no se puede descuidar la prevención y el tratamiento, asistencia y educación.

El objetivo de curar la enfermedad es largo requerirá de muchos esfuerzos. No podemos poner una fecha, pero sí hay que intentarlo, y para ello debemos avanzar más en las investigaciones en curso y comenzar otras, acotó.

Por su parte, Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, de Estados Unidos, manifestó que varias vacunas para prevenir el sida están en estudio, sin embargo, no hay forma de saber cuando habrá un compuesto efectivo.

En declaraciones a  Prensa Latina, Fauci reconoció que durante años se realizaron varios ensayos, pero todos fracasaron. Es un reto muy complejo, aseguró.

Sin embargo, consideró que es posible actuar sobre la infección y cambiar la trayectoria de la pandemia.

Fauci potenció el hecho de que  «no se está hablando de curación de la enfermedad, un objetivo hasta el momento incierto. Hablamos del fin de la epidemia, pero ello se refiere a que después de cierto tiempo habrá muy pocos casos nuevos de infecciones, lo que hará posible que exista una generación libre de sida, manifestó. El camino por recorrer es largo aún, acotó.

Sin embargo, muchos especialistas reconocen las limitaciones existentes y la falta de recursos para llevar a cabo nuevas investigaciones, así como ampliar el acceso de los tratamientos antirretrovirales, en particular en naciones pobres.

Por otra parte, las altas tasas de prevalencia en poblaciones vulnerables -mujeres, hombres que tienen sexo con hombres, trabajadores sexuales, individuos transgéneros y usuarios de drogas inyectables-, convocan a tomar decisiones y a reevaluar las estrategias a seguir.

El rechazo, estigma y discriminación de las personas con VIH/sida, inciden también en una adecuada respuesta a la pandemia.

Quedan muchos desafíos, combatir y derrotar la dolencia en el continente africano, el más afectado, administrar tratamiento a un mayor número de personas en etapas más tempranas del curso de la infección, modificar las políticas actuales, entre otros. De tenerse todo esto en cuenta, se podrá alcanzar el objetivo de llegar a un mundo sin sida.
julio 31/2012 (PL)

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