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La ONU ha publicado nuevas directrices internacionales para garantizar que los trabajadores sanitarios en zonas con alta prevalencia de sida y tuberculosis tengan un acceso adecuado a las precauciones y el tratamiento contra estas enfermedades.
\»Se estima que cada año unos 1000 profesionales sanitarios contraen el VIH en el lugar de trabajo, y muchos más la tuberculosis\», señalan, en un informe conjunto, las agencias responsables de las Naciones Unidas para impulsar estas directrices.
Estos organismos son la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y el Programa conjunto de la ONU sobre el VIH/Sida (Onisida), que calculan que 60 millones de personas forman el personal sanitario en el mundo.
\»Estas directrices apuntan a garantizar que los trabajadores de la salud tengan acceso a las precauciones universales\», señala el director ejecutivo del sector de protección social de la OIT, Assane Diop.
Entre las precauciones a las que se refiere se incluyen la terapia preventiva para la tuberculosis, la profilaxis posterior a la exposición y al tratamiento, sistemas de indemnización para el contagio en el lugar de trabajo, y seguridad social efectiva.
Se considera como personal sanitario tanto a: médicos, enfermeros, farmacéuticos, técnicos de laboratorio, además de limpiadores, vigilantes, y otros trabajadores de apoyo.
Onusida, la OIT y la OMS admiten que hasta hoy sus esfuerzos no han prestado \»suficiente atención\» a las necesidades de estos trabajadores sanitarios, lo que tratan de revertir con estas nuevas directrices que ofrecen pautas fundamentales a los profesionales.
\»La OMS reconoce el riesgo al que se exponen los trabajadores de la salud en cuanto al contagio del VIH y la necesidad de métodos exhaustivos de salud y seguridad en el trabajo\», afirma el subdirector general de la organización para estas enfermedades, Hiroki Nakatani.
El lugar donde resultan más imprescindibles los profesionales sanitarios es África, donde un trabajador médico puede ser responsable de la salud de más de 2000 personas, y cuya baja por infección de tuberculosis o sida afectaría a más de 2 millones de personas al año.
Así, \»mejorar la seguridad y la salud en el trabajo es una manera de mejorar las condiciones de trabajo y de ofrecer más incentivos a los trabajadores para que permanezcan en sus países\», según concluyen los responsables de estas directrices.
Ginebra, noviembre 26/2010 (EFE)