Un trabajo realizado por investigadores de la UNL en la localidad de Egusquiza demostró que los trabajadores sabían muy poco sobre enfermedades que pueden contraer por el contacto con animales.

Alertan sobre la necesidad de educar sobre zoonosis en el campo.Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) alertaron sobre el escaso conocimiento que trabajadores rurales poseen sobre enfermedades que son propias de sus lugares de trabajo. Fue luego de un estudio que se hizo sobre el tema en la localidad de Egusquiza, cerca de Rafaela, provincia de Santa Fe.

Un censo encarado en 2012 por Ana Molineri, investigadora de la Facultad de Ciencias Veterinarias (FCV) de la UNL, demostró que casi la totalidad de las personas que trabajan en el campo en la pequeña localidad del departamento Castellanos saben muy poco sobre triquinosis, rabia, sarna, brucelosis, tuberculosis, carbunco, toxocariasis, hidatidosis, leptospirosis y toxoplasmosis, todas enfermedades transmitidas por animales.

 “No es un trabajo que se pueda extrapolar a cualquier lugar, pero existen otros estudios que se hicieron sobre amas de casa, veterinarios y estudiantes de la carrera de Veterinaria donde también se nota el desconocimiento con respecto a las enfermedades. Es notorio y sucede en todos los niveles. Luego de hacer el censo, enviamos los resultados al Colegio de Veterinarios de la provincia, a una Aseguradora de Riesgos de Trabajo (Prevención ART) y al Ministerio de Trabajo de la Provincia, puesto que fueron instituciones que colaboraron en la investigación, para ver si se puede hacer algo, encarar alguna campaña”, indicó Molineri, quien trabaja en el tema en el marco de un Proyecto de Investigación Científica y Tecnológica (PICT), con la dirección de Héctor Tarabla.

Censo

En marzo de 2012, momento en que se comenzó el estudio, en la localidad de Egusquiza trabajaban 110 empleados rurales de ambos sexos (el 25 % eran mujeres) y, según la veterinaria, pudieron entrevistar a 94 de ellos, por lo cual se trata de un censo. “La gran mayoría de los entrevistados trabajaban en tambos, lugares donde pensamos que podían tener claros los cuidados que debe haber para evitar la transmisión de la brucelosis y la tuberculosis. Además, porque es una zona donde hubo una lucha para erradicar esas enfermedades y que hoy es un lugar libre de ella, pero donde siempre puede haber riesgos porque hay hacienda. Nos sorprendió que no tuvieran idea de qué se trataban esas enfermedades”, recordó.

Sin embargo, según el trabajo publicado por la Revista Argentina de Microbiología en coautoría con Héctor Tarabla y Marcelo Signorini, las zoonosis más conocidas fueron la triquinosis, la rabia y la sarna, transmitidas por cerdos y perros. En cuanto a la brucelosis, la tuberculosis y el carbunco, fueron muy conocidas las especies que las contagian, pero no las formas de transmisión. Por otro lado, las enfermedades menos conocidas en ambos sentidos fueron la toxocariasis y la hidatidosis, seguidas por la leptospirosis y la toxoplasmosis.

Asimismo, aquellos encuestados de sexo masculino, propietarios y residentes de zonas urbanas, casados y de mayor edad y antigüedad fueron quienes presentaron más conocimientos sobre las zoonosis en general. “Además realizamos un trabajo de seguimiento para saber si sucedían nuevos accidentes que podrían devenir en contagios, si había alguna enfermedad y si se diagnosticaban”, apuntó.

Molineri agregó que muchas personas decían que nunca habían sido afectadas por ninguna zoonosis, pero la realidad era que nunca se habían hecho un diagnóstico. “La más común de esas enfermedades es la brucelosis, porque la vacuna que se aplica para prevenirla en los animales contiene una bacteria viva y muchas veces los aplicadores se la salpican en los ojos o se pinchan”, sostuvo.

“En cuanto a hidatidosis, leptospirosis, toxoplasmosis, a muchos ni el nombre les sonaba, aunque las mujeres sí sabían un poco más sobre la última, sobre todo, las que fueron madres, porque se realizan un examen en el embarazo, ya que puede afectar al feto. Sin embargo, es una enfermedad que todos le atribuyen a los gatos, algo errado porque solo la transmiten durante un período muy corto y se puede contraer por medio de la carne bovina mal cocida o si uno no se lava bien las manos luego de manipularla”, manifestó.

Prevención

Molineri dijo que hacen falta campañas de capacitación, pero en todos los niveles, no solo en el campo, porque en las ciudades también la gente corre riesgo de contagio. “No hay campañas de concientización y prevención. En el campo quienes deben hacerlas son los veterinarios y las ART, que deben explicar de qué se tratan. Aunque sea promover un conocimiento mínimo, porque tampoco se puede pretender que todos conozcan el total de las enfermedades a fondo”, finalizó.

agosto 26/2020 (Dicyt)

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