sedestacion prolongadaEn las personas que pasan la mayor parte del tiempo sentadas en el trabajo aumenta más de un tercio el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular en comparación con sus homólogos que no pasan la mayor parte del tiempo sentados en el trabajo, según muestra una nueva investigación.

Sin embargo, según los investigadores, los descansos diarios y las actividades de ocio pueden ayudar a mitigar los «graves» riesgos asociados a la sedestación prolongada.

«Como parte del estilo de vida moderno, la sedestación laboral prolongada se considera normal y no se le ha prestado la debida atención, a pesar de que se ha demostrado su efecto nocivo sobre la salud», afirman los autores, dirigidos por Wayne Gao, Ph. D., de la Facultad de Salud Pública de la Taipei Medical University, en Taipéi, Taiwán.

«Nunca se insistirá lo suficiente en la importancia de la actividad física y de moverse», dijo a Medscape Noticias Médicas la Dra. Michelle Bloom, directora del programa de cardiooncología de la NYU Langone Health de Nueva York, en Nueva York, Estados Unidos, quien no participó en el estudio.

«Como cardióloga, planteo este tema en casi todas las consultas a mis pacientes, independientemente del motivo por el que acudan, porque creo que los pacientes responden mejor cuando se los dice su médico que cuando lo saben en el subconsciente», afirmó la Dra. Bloom, que también es profesora de la División de Cardiología de la Escuela Grossman de Medicina de la Universidad de Nueva York, en Nueva York, Estados Unidos. El estudio fue publicado en revista  JAMA Network Open.

La sedestación prolongada afecta al corazón

En 2020, la guía sobre la actividad física de la Organización Mundial de la Salud recomendó por primera vez reducir los comportamientos sedentarios debido a sus consecuencias para la salud. Se sabe menos sobre la asociación específica de la sedestación laboral prolongada con los resultados en cuanto a la salud, especialmente en el contexto de una escasa actividad física.

Para su estudio, Gao y sus colaboradores cuantificaron los riesgos para la salud asociados a permanecer sentado durante mucho tiempo en el trabajo y determinaron si un determinado umbral de actividad física puede atenuar este riesgo.

Participaron 481.688 personas adultas (edad promedio: 39 años; 53% mujeres) en un programa de vigilancia de la salud en Taiwán. Se recopilaron datos sobre el trabajo sentado, la actividad física en el tiempo libre, el estilo de vida y los parámetros metabólicos.

Durante un seguimiento promedio de casi 13 años, murieron 26.257 participantes; más de la mitad (57%) de las muertes se produjeron en personas que trabajaban principalmente sentadas. Hubo 5.371 muertes relacionadas con enfermedad cardiovascular, de las cuales 60% tuvieron lugar en el grupo de personas que trabajaban principalmente sentadas.

En un análisis multivariante ajustado por sexo, edad, nivel educativo, tabaquismo, consumo de alcohol e índice de masa corporal, las personas adultas que se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo tenían un riesgo 16% mayor de morir por cualquier causa (hazard ratio [HR]: 1,16; intervalo de confianza [IC] de 95%: 1,11 a 1,20) y un riesgo 34% mayor de morir por enfermedad cardiovascular (HR: 1,34; IC de 95%: 1,22 a 1,46) en comparación con quienes que no se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo.

Las personas adultas que alternaban la mayor parte del tiempo entre sentarse y no sentarse en el trabajo no presentaban un mayor riesgo de mortalidad por todas las causas que los individuos que no lo hacían la mayor parte del tiempo en el trabajo (HR: 1,01; IC de 95%: 0,97 a 1,05).

Entre Las personas adultas  que se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo y realizaban una escasa actividad de ocio diaria (15-29 minutos) o nula (<15 minutos), el aumento de la actividad 15 y 30 minutos al día, respectivamente, redujo el riesgo de mortalidad a un nivel similar al de las personas inactivas que no se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo.

«En general, nuestros hallazgos de una gran cohorte prospectiva ayudan a reforzar la evidencia cada vez más acumulada que relaciona un estilo de vida sedentario y los riesgos para la salud», afirman los autores.

«Los cambios sistémicos, como las pausas más frecuentes, los escritorios para trabajar de pie, las zonas designadas para la actividad física en el lugar de trabajo y las ventajas de hacer ejercicio en un gimnasio, pueden ayudar a reducir el riesgo», añaden.

Un mensaje sencillo pero profundo

La Dra. Anu Lala, de la Icahn School of Medicine at Mount Sinai y el Mount Sinai Fuster Heart Hospital de Nueva York, en Nueva York, Estados Unidos, comentó que este estudio ofrece un «mensaje sencillo pero profundo» sobre los peligros de permanecer sentado durante mucho tiempo.

El hallazgo de una mortalidad por todas las causas 16% mayor en quienes se sentaban la mayor parte del tiempo en el trabajo tras el ajuste con respecto a los principales factores de riesgo es «bastante notable». Y en el caso de la mortalidad por enfermedad cardiovascular, es el doble», dijo la Dra. Lala a Medscape Noticias Médicas.

«Creo que infravaloramos la importancia del movimiento, por sencillo que sea. Incluso acciones sencillas, como ponerse en cuclillas o de pie, tienen beneficios para el corazón», añadió la especialista.

La Dra. Bloom comentó que les dice a sus pacientes: «No tiene que salir mañana a correr un maratón. Simplemente levántese unas cuantas veces al día, camine unas cuantas vueltas en su oficina, vaya y venga del buzón, suba y baje sus escalones un par de veces… simplemente haga algo más de lo que ya está haciendo».

Ver artículo completo: Gao W, Sanna M, Hung Chen Y, Kuang Tsai M, Pang Wen C. Occupational Sitting Time, Leisure Physical Activity, and All-Cause and Cardiovascular Disease Mortality. JAMA Netw Open[Internet]. 2024[citado 5 feb 2024];7(1):e2350680. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.50680

5 febrero 2024| Fuente: Medscape.com| Tomado de | Noticias y Perspectivas

enfermedades_cardiovasculares_factoresLos mismos tratamientos oncológicos que aumentan la supervivencia también pueden ocasionar toxicidad cardíaca en los pacientes. Preservar la salud cardiovascular de los largos supervivientes del cáncer es el objetivo de la cardio-oncología, un campo en pleno desarrollo.

Con motivo del Día Mundial contra el Cáncer, el 4 de febrero, representantes de la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) explican a EFE el trabajo de estas dos especialidades para controlar desde el ámbito hospitalario las dolencias cardíacas en los pacientes oncológicos. ‘No hay que lanzar un mensaje de alarma’, pero sí destacar la necesidad de hacer un seguimiento conjunto de estos pacientes, apunta la doctora Cristina Mitroi, coordinadora del Grupo de Trabajo de Cardio-Oncología de la SEC.

La especialista cita datos del estudio Cardiotox que refleja que, aunque un 37,5 % de los pacientes oncológicos desarrolla cardiotoxicidades, la gran mayoría son leves y solo un 5,9 % son moderadas o graves. Este trabajo, llevado a cabo en cinco hospitales públicos españoles y otros cuatro europeos, se basa en el seguimiento durante dos años de 865 pacientes en tratamiento contra el cáncer. ‘Nos preocupamos porque los pacientes no paguen el peaje de las secuelas cardiológicas a corto plazo, que pueden ser más importantes, pero sobre todo las de medio y largo plazo que antes no se contemplaban’, explica el vicepresidente de la SEOM, el doctor Javier de Castro.

La prevención, el primer paso Los dos especialistas coinciden en señalar que el paso principal es la prevención de esa dolencia cardíaca generada por la toxicidad farmacológica. Pero también preservar la salud cardiovascular de la persona que ya padezca problemas cardíacos o comorbilidades (hipertensión, colesterol, sobrepeso…) en el momento de recibir el diagnóstico de cáncer, algo habitual en casos de tumores de pulmón, próstata o colon que tienden a aparecer entre los 60 y 70 años de edad.

Javier de Castro, también jefe de sección del Servicio de Oncología del Hospital Universitario La Paz de Madrid, recalca: ‘Nos tenemos que preocupar desde el minuto uno de prevenir no solo la toxicidad, sino la propia salud de la persona’. La prevención primaria consiste en valorar, por parte de las dos especialidades, el riesgo cardiovascular del paciente antes de poner en marcha el tratamiento adoptado por oncología, y hacer un seguimiento posterior del enfermo con diferentes controles, explica Cristina Mitroi, también especialista en el Servicio de Cardiología del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda (Madrid). ‘Durante los primeros años, el superviviente está en conexión con el hospital, por eso donde más tenemos que trabajar es en el largo plazo, una vez superado el cáncer, ver cuál es la mejor estrategia’ de seguimiento, precisa la doctora.

Cardiotoxicidad, un amplio espectro ‘Puede haber muchos tipos de cardiotoxicidad’, indica la cardióloga, quien matiza que cada fármaco oncológico está asociado a determinados efectos secundarios cardíacos y en su interacción influyen las circunstancias de cada paciente (edad, tipo de tumor, otras enfermedades de base…).

La dolencia cardíaca más frecuente es la hipertensión arterial, mientras que la insuficiencia cardíaca no es habitual, pero sí más preocupante. La doctora explica que existe diferencia de género, mientras que las mujeres son más propensas a eventos de insuficiencia cardíaca y arritmias, los varones son más proclives a cardiopatía isquémica, infartos y eventos vasculares. Cardiólogos y oncólogos trabajan en coordinación en sus hospitales para cuadrar los diferentes tratamientos cuando coincidan, que no suelen presentar interferencias, y para hacer el posterior seguimiento del superviviente.

El arranque de la cardio-oncología y su futuro La cardio-oncología surge, sobre todo, por la necesidad de controlar los efectos secundarios cardiológicos que pueden producir los fármacos de oncología, terapias que en las últimas décadas han aumentado la supervivencia del cáncer al lograr la curación o cronificar la enfermedad en algunos casos.

El oncólogo Javier de Castro relata que estas toxicidades ya se evidenciaron hace unos cuarenta años con el uso de las antraciclinas, un tipo de quimioterapia para cáncer de mama y para linfomas y leucemias pediátricos que, en estos últimos, se observó la aparición de consecuencias cardíacas en la edad adulta. ‘Y esto llevó a la reducción de los tratamientos de quimioterapia, a evitar radioterapias torácicas en algunas situaciones. La oncología infantil fue el germen para evitar efectos a largo plazo’, señala el especialista.

Ahora, los tratamientos innovadores, como la inmunoterapia y las terapias diana, fundamentales en prolongar la supervivencia, también provocan ciertas toxicidades que se están investigando más en profundidad.

En concreto, una veintena de hospitales, entre ellos La Paz, y el Centro Nacional de Investigaciones Cardiológicas (CNIC) colaboran en un programa piloto para identificar los parámetros que producen los daños a nivel cardíaco relacionados con la inmunoterapia.

Otro de los objetivos de la investigación en cardio-oncología es buscar más biomarcadores que ayuden a predecir las posibles dolencias cardíacas La alianza entre SEOM y SEC trabaja para avanzar en la cardio-oncología también de la mano de la oncología radioterápica y la hematología (para los cánceres de la sangre), así como de la Atención Primaria, importante para orientar al paciente cardio-oncológico en un estilo de vida saludable, ya que los factores de riesgo (tabaquismo, sedentarismo, hipertensión, sobrepeso…) son los mismos para las dos enfermedades.

Pero los cardiólogos van más allá al querer promover la subespecialidad de cardio-oncología en los hospitales y el desarrollo de programas oficiales que conlleven recursos que permitan avanzar en este campo de la Medicina. En el día a día, se siguen las guías de la Sociedad Internacional de Cardio-Oncología y cada hospital se organiza en función de sus disponibilidades para coordinar la atención de los largos supervivientes del cáncer.

2 febrero 2024| Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

OMS-OPSLa Organización Panamericana de la Salud (OPS) publicó recientemente el Compendio de herramientas clínicas esenciales 2023 de HEARTS en las Américas, un conjunto de recursos para ayudar a los equipos de salud a mejorar el manejo del riesgo cardiovascular y de la hipertensión en la atención primaria de salud en la región.

El compendio comprende herramientas para facilitar la medición precisa de la presión arterial, el diagnóstico de la hipertensión, la iniciación o ajuste del tratamiento, así como la evaluación del riesgo de complicaciones cardiovasculares. Las herramientas están diseñadas para ser fáciles de usar y comprender, y están disponibles en español e inglés.

La hipertensión es el principal factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en las Américas según datos de la OPS. Actualmente, se estima que solo el 36% de los adultos con hipertensión en la región tienen su presión arterial bajo control. Aumentar esta cifra al 50% podría ayudar a prevenir alrededor de 400.000 muertes relacionadas con la cardiopatía isquémica y la enfermedad cerebrovascular.

“El manejo adecuado de la hipertensión y del riesgo cardiovascular es clave para prevenir o retrasar graves problemas de salud e incluso muertes prematuras por ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, enfermedad renal crónica, complicaciones de la diabetes y demencia”, señaló Pedro Ordúñez, asesor de enfermedades cardiovasculares de la OPS. «Este compendio es una herramienta valiosa que puede ayudar a los equipos de salud a mejorar el control de la hipertensión y salvar vidas», agregó.

El compendio surge a partir de la implementación de la iniciativa HEARTS en las Américas, una estrategia global de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que, desde 2016, la OPS impulsa en la región para apoyar a los países a mejorar la salud cardiovascular. Hasta ahora, 33 países de la región y más de 4.000 unidades de atención primaria salud se han comprometido con la implementación de HEARTS, y la OPS ha desarrollado una variedad de recursos técnicos para respaldar estos esfuerzos.

Un artículo publicado en la revista Current Hypertension Reports pone énfasis en el papel de los sistemas de salud y específicamente de la atención primaria para mejorar la salud cardiovascular y el control de la hipertensión.

Ver artículo completo: Ordunez P, Campbell NR, DiPette DJ, Jaffe MG, Rosende A, Martinez R.  HEARTS in the CHEARTS in the Americas: Targeting Health System Change to Improve Population Hypertension Control. Curr Hypertens Rep. 2023 Dec 2. doi: 10.1007/s11906-023-01286-w.  https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/38041725/

31 enero 2024| Fuente: OPS| Tomado de|Noticias

genes mayo clinInvestigadores de Mayo Clinic que estudian la genética de personas que recientemente desarrollaron miocardiopatía dilatada, una de las causas más comunes de insuficiencia cardíaca, descubrieron que deben enfocarse en un gen particular para desarrollar tratamientos farmacológicos en el futuro. La enfermedad dificulta que el ventrículo izquierdo del corazón bombee sangre eficazmente desde el corazón hacia el resto del cuerpo. En este primer estudio de relación de todo el genoma, los investigadores buscaron entender por qué algunos pacientes mejoran después de desarrollar la afección y otros no.

“Descubrimos una variación genética en el gen CDCP1, un gen que nadie conocía en cardiología, y su vínculo con la mejora en la función cardíaca de estos pacientes”, afirma el autor principal, el Dr. Naveen Pereira, un cardiólogo de Mayo Clinic, que estudia la variación genética y sus repercusiones en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad cardiovascular, específicamente la insuficiencia cardíaca.

La variación genética en el gen CDCP1 puede derivar en diferencias en la estructura de la proteína, lo que posiblemente influye en el riesgo de una persona de contraer varias enfermedades o en su respuesta a terapias específicas.

Los investigadores identificaron y examinaron el rol del gen CDCP1 debido al vínculo entre este gen y la mejora en el bombeo de sangre eficaz del ventrículo izquierdo del corazón en personas con miocardiopatía dilatada. El gen CDCP1 se expresa a menudo de forma variable en los fibroblastos (tejido conectivo) de las personas con esta afección. Además, la fibrosis (el exceso de tejido conectivo fibroso en el corazón) tiene un rol esencial en el pronóstico de esta enfermedad.

El Dr. Pereira remarca curiosamente que también descubrieron que la variación genética en el CDCP1 o cerca de él se asoció significativamente con la muerte debido a insuficiencia cardíaca.

También remarcaron que disminuir la expresión de este gen en el tejido conectivo cardíaco disminuyó considerablemente la proliferación de fibroblastos cardíacos y reguló por disminución el gen IL1RL1. Este gen codifica uno de los biomarcadores más importantes de la insuficiencia cardíaca, sST2. Los niveles altos de este biomarcardor se asocian con la fibrosis y la muerte; una disminución en el CDCP1 disminuye la expresión de esta proteína. Entender la regulación de sST2 y su relación con el CDCP1 y la fibrosis es esencial para desarrollar estrategias a fin de mitigar los efectos adversos de la insuficiencia cardíaca.

El Dr. Pereira explica que estos descubrimientos aumentan la posibilidad de enfocarse en el gen CDCP1 para disminuir la fibrosis cardíaca, lo que puede mejorar la función cardíaca. Por lo tanto, el estudio tiene repercusiones para el desarrollo de nuevos tratamientos farmacológicos para la miocardiopatía dilatada y posiblemente otras afecciones a las que afecta la fibrosis.

Según un informe de la Asociación Americana del Corazón, la insuficiencia cardíaca es un diagnóstico cada vez más común en Estados Unidos, y se proyecta que afectará a más de 8 millones de personas en 2030, un aumento del 46 por ciento respecto a la actualidad.

Entre el 30 y 40 por ciento de los casos de insuficiencia cardíaca se deben a la miocardiopatía dilatada.

“Es la causa más común por la que una persona necesita un trasplante de corazón”, explica el Dr. Pereira. “Un indicador clave que determina si los pacientes con miocardiopatía dilatada se recuperarán es la presencia de fibrosis cardíaca”.

Según los resultados preliminares, los investigadores de Mayo están llevando a cabo más estudios en animales para entender el efecto del CDCP1 en la insuficiencia cardíaca. Están desarrollando moléculas para evaluar su potencial terapéutico en la miocardiopatía dilatada y la insuficiencia cardíaca.

“Al continuar con esta investigación que comenzó con una población humana que llevamos al laboratorio molecular y ahora animal, esperamos descubrir nuevas vías de tratamiento para llevarle a la población humana que estudiamos, con el fin de mejorar la supervivencia de los pacientes y, en definitiva, la calidad de vida”, concluye el Dr. Pereira.

Referencia: Individualized Medicine blog. Mayo clinic study explores heart failure, uncovsers gen’s role in recovery [Internet]. Disponible en: https://individualizedmedicineblog.mayoclinic.org/2023/11/27/mayo-clinic-study-explores-heart-failure-uncovers-genes-role-in-recovery/

24 enero 2024| Fuente: EurekAlert| Tomado de | Comunicado de prensa

mal-funcionamiento-hipertension-pulmonar3Un equipo liderado por la Dra. Guadalupe Sabio en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), centro dependiente del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), organismo adscrito al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, ha descubierto una posible diana terapéutica contra la hipertensión pulmonar.

El trabajo, que se publica en la revista ‘Science Advances’, identifica la primera diana capaz de salvar la función cardíaca en esta letal enfermedad, lo que supone una esperanza en la lucha contra esta rara pero letal enfermedad para la que no existe tratamiento curativo.

La hipertensión pulmonar se caracteriza por elevada presión en las arterias que van a los pulmones, lo que provoca que el corazón esté continuamente haciendo un sobreesfuerzo.

Afecta a entre 15 y 50 personas por millón de habitantes. En España se calcula una prevalencia de 1,6 casos y una incidencia (casos nuevos diagnosticados por año) de 0,3 por cada 100.000 habitantes.

A pesar de ser una enfermedad poco frecuente, las personas que la padecen suelen enfrentarse a síntomas que afectan significativamente su calidad de vida: dificultad respiratoria, mareos y desmayos, pudiendo incluso llegar a ser necesario un trasplante para evitar la muerte del paciente.

Existen varios factores de riesgo que pueden contribuir a su desarrollo como el tabaquismo, el sobrepeso, la existencia de enfermedades previas, predisposición genética o estar expuestos a bajos niveles de oxígeno en zonas de gran altitud.

Hasta el momento, las terapias existentes se dirigen al pulmón, buscando disminuir la presión arterial. Sin embargo, estas estrategias no parecen mejorar la función cardíaca con lo que el fallo cardíaco es la principal causa de muerte de estos pacientes.

Estudiando modelos animales, las investigadoras del CNIC descubrieron que los pacientes con EPOC tenían mayores niveles de la proteína mitocondrial denominada MCJ.

La investigadora Ayelén M. Santamans, primera autora del artículo, observó que lo mismo ocurría en ratones expuestos a bajos niveles de oxígeno y en cerdos con algún tipo de daño cardíaco por lo que, asegura Santamans, “estos resultados sugerían que la proteína MCJ podría estar involucrada en la hipertensión pulmonar. La falta de terapias cardio-específicas nos motivaron a seguir adelante en esa dirección.”

Sus investigaciones demuestran que modulando los niveles de la proteína mitocondrial MCJ en el corazón se puede preservar la función cardíaca a pesar del daño pulmonar.

Dicha protección, explican las investigadoras, está causada por la activación de una vía de señalización esencial para la adaptación a bajos niveles de oxígeno, que prepara al corazón para que pueda funcionar correctamente frente a la falta del mismo.

Las autoras concluyen que estos hallazgos podrían abrir nuevas puertas para posibles intervenciones terapéuticas contra la hipertensión pulmonar ya que ofrecen la primera diana capaz de salvar la función cardíaca en esta letal enfermedad.

Referencia: Santamans AM, Cicuéndez B, Mora A, Villalba Orero M, Rajilic S, Crespo M, et al. MCJ: A mitochondrial target for cardiac intervention in pulmonary hypertension. Sci Adv[Internet]. 2024[citado 21 ene 2024];10(3):eadk6524. doi: 10.1126/sciadv.adk6524.

18 enero 2024| Fuente: EurekaAlert| Tomado de | Comunicado de Prensa

actualizacion AHALos aspectos destacados de las modificaciones para el servicio de Emergencias de las directrices de la American Heart Association

Actualización centrada en la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA) de 2023 sobre soporte vital cardiovascular avanzado para adultos: una actualización de las pautas de la Asociación Estadounidense del Corazón para la reanimación cardiopulmonar y la atención cardiovascular de emergencia

Resumen

El paro cardíaco es común y mortal y afecta hasta 700.000 personas en los Estados Unidos anualmente. Las medidas avanzadas de soporte vital cardíaco se utilizan comúnmente para mejorar los resultados. Esta “Actualización centrada en el soporte vital cardiovascular avanzado para adultos de 2023 de la American Heart Association” resume la evidencia publicada más recientemente y las recomendaciones sobre el uso de medicamentos, el control de la temperatura, la angiografía coronaria percutánea, la reanimación cardiopulmonar extracorpórea y el tratamiento de las convulsiones en esta población. Discutimos la falta de datos en la literatura reciente sobre paro cardíaco que limita nuestra capacidad para evaluar la diversidad, la equidad y la inclusión en esta población. Por último, consideramos cómo la población con paro cardíaco puede constituir un grupo importante de donantes de órganos para quienes esperan un trasplante de órganos.

Documento completo: Perman SM, Elmer J, Maciel CB, Uzendu A, May T Mumma BE, Bartos JA, et al. 2023 American Heart Association Focused Update on Adult Advanced Cardiovascular Life Support: An Update to the American Heart Association Guidelines for Cardiopulmonary Resuscitation and Emergency Cardiovascular Care. Circulation[Internet].2023.  https://doi.org/10.1161/CIR.0000000000001194

  • Noticias por fecha

    abril 2024
    L M X J V S D
    « mar    
    1234567
    891011121314
    15161718192021
    22232425262728
    2930  
  • Noticias anteriores a 2010

    Noticias anteriores a enero de 2010

  • Suscripción AL Día

  • Categorias

    open all | close all
  • Palabras Clave

  • Administración