Pacientes a los que se administró esta inmunoterpia dieron una puntuación más baja de la actividad de la artritis, lo que redujo el riesgo cardiovascular.

La inmunoterapia reduce el riesgo cardiovascular en pacientes con artritis reumatoide, según un estudio presentado  en el foro Frontiers in CardioVascular Biology (FCVB) 2016, celebrado en Florencia, Italia, por la profesora Aida Babaeva, jefa del Departamento de Medicina Interna de la Universidad Estatal de Medicina de Volgogrado, Russia. La combinación de dos fármacos anti-citoquinas en muy bajas dosis reduce actividad de la enfermedad y los eventos cardiovasculares.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune en la que las citoquinas, como el factor de necrosis tumoral (TNF) y el interferón (IFN), que normalmente protegen el cuerpo, atacan las células sanas –explica Babaeva–. Los pacientes tienen las articulaciones dolorosas e inflamadas y también están en mayor riesgo cardiovascular, sobre todo si su artritis reumatoide no se controla.

Investigaciones previas de Babaeva mostraron que el tratamiento con fármacos anti-citoquinas puede disminuir la actividad de la artritis reumatoide. Dosis extra bajas de anti-TNFalfa reducen los niveles de mediadores inflamatorios y citocinas, como la proteína C-reactiva (CRP), el factor reumatoide, TNF, interleucina-1 (IL-1) e interleucina-6 (IL-6). El efecto fue más evidente y se desarrolló antes cuando los pacientes fueron tratados con una combinación de anti-TNFalfa y anti-IFNalfa, ambos en dosis extra-bajas.

El presente estudio investigó el impacto de la combinación de los fármacos sobre los eventos cardiovasculares en 68 pacientes que habían sufrido artritis reumatoide activa durante al menos cinco años. Los pacientes fueron asignados al azar para recibir la combinación de anti-TNF y anti-IFN más el tratamiento estándar modificador de la enfermedad (38 pacientes) o placebo más la terapia estándar (30 pacientes).

Durante los tres años de seguimiento, los investigadores monitorizaron la actividad de la enfermedad de la artritis reumatoide y los eventos cardiovasculares. Los pacientes que tomaron la combinación de anti-citoquinas tenían una puntuación más baja de la actividad de la artritis reumatoide y una disminución más acusada de la IL-1, IL-6 y TNF que en el grupo sólo con el tratamiento estándar.

La incidencia de eventos cardiovasculares (angina inestable, crisis hipertensiva severa y deterioro de la insuficiencia cardiaca crónica) fue más del doble en el grupo al que se suministró sólo la terapia convencional de fármacos para el control de la enfermedad (37 %) en comparación con aquellos a los que también se les administraron anti-citoquinas (13 %).

Artritis reumatoide y patología cardiovascular

Babaeva señala: Nuestros hallazgos sugieren que la disminución de la actividad de la artritis reumatoide con la combinación de anti-citoquinas se traduce en una reducción del riesgo cardiovascular. La artritis reumatoide promueve el desarrollo de la enfermedad cardiovascular de numerosas maneras. Por lo tanto, la disminución de actividad de la enfermedad también puede rebajar el riesgo cardiovascular ralentizando o deteniendo estos procesos.

Por ejemplo, la artritis reumatoide se asocia con disfunción del revestimiento de los vasos sanguíneos (llamado endotelio), que conduce a la acumulación de lípidos en la pared de la arteria, la formación de placa y la aterosclerosis. El aumento de actividad de la patología también está vinculado con un estado pro-coagulante en el que los pacientes son más propensos a la formación de coágulos de sangre y trombosis.

Los pacientes con enfermedad activa presentan un aumento en las moléculas que promueven la inflamación, que se ha vinculado con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. En los pacientes con hipertensión, la presión arterial objetivo se alcanzó en el 71 % de los que recibieron la combinación de anti-citoquinas en comparación con sólo el 32 % de los pacientes tratados solo con la terapia estándar.

Según Babaeva, esto no quiere decir que los dos fármacos tengan un impacto directo sobre la presión arterial, sino que la combinación puede mejorar la función endotelial y podría ser que la presión arterial sea más estable cuando la actividad de la enfermedad está baja.  Recomendamos este nuevo enfoque para la prevención de eventos cardiovasculares en pacientes con enfermedad con actividad moderada que no están recibiendo los productos biológicos normales y que no tienen complicaciones severas, plantea.

julio 24/ 2016 (JANO)

julio 25, 2016 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Cardiología, Enfermedades Cardiovasculares, Farmacología | Etiquetas: , , , |

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