Un estudio basado en datos de casi 14 000 pacientes revela que los beneficios de la administración de aspirina tras el diagnóstico de cáncer gastrointestinal no se limitan a los tumores colorrectales.

La investigación sobre los beneficios del ácido acetilsalicílico en pacientes con cáncer gastrointestinal se había centrado, hasta ahora, en cada tipo de tumor por separado, y en especial en cáncer de colon. Un estudio presentado en el Congreso Europeo de Cáncer, que se celebra en Viena, analiza de forma conjunta datos de supervivencia de pacientes con tumores localizados en diferentes puntos del tracto gastrointestinal.

El trabajo, coordinado por Martine Frouws, de la Universidad de Leiden, en Holanda, evaluó los datos clínicos y de consumo de fármacos de 13 715 pacientes a los que se había diagnosticado un cáncer gastrointestinal entre 1998 y 2011. La principal conclusión fue que entre los pacientes que tomaron aspirina se registró una supervivencia significativamente superior.

Un 30,5 % de los pacientes eran consumidores de ácido acetilsalicílico desde antes del diagnóstico, un 8,3 % empezaron a tomarlo tras el diagnóstico y el 61,1 % no recibió el fármaco en ningún momento.

Los tumores más frecuentemente diagnosticados fueron de colon (42,8 % de los pacientes), de recto (25,4 %) y de esófago (10,2 %). El 28 % de los pacientes tuvo una supervivencia de al menos cinco años.

Los investigadores apreciaron que quienes consumieron aspirina tras el diagnóstico presentaban una probabilidad de supervivencia dos veces superior que quienes en sus mismas circunstancias no ingirieron el fármaco. Entre los distintos factores que se tuvieron en cuenta está el sexo, la edad, el estadio del cáncer, el tratamiento oncológico administrado y la comorbilidad.

«En la mayoría de los estudios observacionales se emplea un método de intención de tratar para analizar el efecto de la aspirina. En este estudio hemos analizado la prescripción en cada paciente concreto, por lo que hemos podido estimar de forma más exacta el efecto de aspirina en la supervivencia del cáncer», ha dicho Frouws.

Lo siguiente que quieren hacer los científicos es analizar muestras de tejido cancerígeno de esos pacientes para estudiar las características de los tumores en quienes el ácido acetilsalicílico resultó beneficioso».

Por otro lado, han comentado que en estos momentos se está llevando a cabo en Holanda un ensayo clínico multicéntrico, aleatorizado y controlado con placebo para determinar el efecto de la administración diaria de 80 mg de aspirina en la supervivencia global de pacientes de edad avanzada con cáncer de colon. El siguiente paso será ampliar el alcance del estudio para incluir a individuos con tumores en otras localizaciones del aparato digestivo.

En cuanto a la razón de este potencial antitumoral de aspirina, Frouws ha citado las investigaciones que ponen el acento en la inhibición del efecto antiplaquetario, que posibilita que el sistema inmune reconozca y elimine las células tumorales circulantes.

«La investigación médica se centra cada vez más en la medicina personalizada, pero muchos de esos tratamientos son caros y su utilidad se restringe a subgrupos reducidos de pacientes. Creemos que nuestra investigación muestra lo contrario: demuestra el beneficio considerable de un fármaco barato, consolidado y fácil de obtener en un grupo mayor de pacientes».

Peter Naredi, copresidente científico del congreso, ha resaltado que este estudio se añade a los anteriores que han analizado el impacto que puede tener el ácido acetilsalicílico en el tratamiento del cáncer. «A medida que vayamos obteniendo cada vez más datos que avalan el efecto beneficioso de aspirina, tendremos que considerar si recomendamos su prescripción a un porcentaje más amplio de la población».

Nuevo impulso en melanoma

En el congreso también se ha presentado un estudio que supone un paso más en la lucha contra el melanoma avanzado. Caroline Robert, del Instituto Gustave Roussy, en París, ha desglosado los últimos resultados disponibles de un ensayo clínico que compara dos terapias dirigidas (dabrafenib y trametinib) frente a vemurafenib en monoterapia.

La supervivencia media ha sido superior entre los pacientes que han recibido la combinación terapéutica. Es más, el 51 % de estas personas siguen vivos después de dos años, frente a solo el 38 % de aquellos a los que solo se les ha suministrado vemurafenib.

El análisis de los datos hasta el 13 de marzo de 2015 extraídos del ensayo Combi-v mostró que la supervivencia media global fue de 25,6 meses en los pacientes con melanoma metastásico portadores de mutaciones V600 en el gen BRAF que recibieron la terapia combinada, frente a 18 en el grupo de vemurafenib. A la luz de estos resultados, la Comisión Europea aprobó el uso de esta combinación en este subgrupo de pacientes el pasado 1 de septiembre.

«Hemos observado una reducción estadísticamente significativa del 34 % en el riesgo de muerte entre los pacientes que recibieron el tratamiento combinado», ha apuntado Robert. «Este incremento de la supervivencia es notable, y la media de supervivencia global de más de dos años es la mayor que se ha alcanzado en esta categoría de pacientes en un ensayo clínico aleatorizado en fase III».

También se apreció una mejora en la supervivencia libre de progresión de la enfermedad: 12,6 meses frente a 7,3. De nuevo, Robert asegura que «es la más larga alcanzada en un estudio aleatorizado en pacientes con mutación BRAF V600″. La tasa de efectos adversos ha sido similar en los dos grupos de pacientes.

Este ensayo clínico se inició en 2012 y pasó a ser abierto en julio de 2014, cuando se hizo patente la superioridad de la terapia con dabrafenib más trametinib. Dabrafenib y vemurafenib bloquean la proteína BRAF, mientras que trametinib se dirige a MEK. Puesto que el tratamiento anti-BRAF en monoterapia está asociado a más de un 50 % de recidivas al cabo de entre seis y ocho meses, los investigadores quisieron averiguar si la combinación de inhibidores de BRAF y de MEK podría mejorar los resultados. Los últimos datos del ensayo Combi-v confirman esta hipótesis.

Ahora habrá que averiguar, según Naredi, «si es mejor la terapia combinada que las nuevas inmunoterapias o si es preferible aplicarlas de forma conjunta».
septiembre 28/2015 (Diario Médico)

Leer más en:
ECCO-the European CanCer Organisation

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