Al menos uno de cada tres niños menores de cinco años en el planeta no fue registrado al nacer, un problema que amenaza con marginarlos para toda su vida, perpetuando el ciclo de la pobreza.

Se trata de alrededor de 230 millones de pequeños que al no aparecer inscritos ven en peligro su atención médica, educación y acceso a la seguridad social, y se convierten en blancos vulnerables de la explotación sexual, el matrimonio a tempranas edades y el reclutamiento como soldados en zonas de conflictos armados.

«El registro de nacimiento es más que un mero derecho. Es el primer reconocimiento de las sociedades a la identidad y la existencia de los niños»,  afirmó a periodistas la directora ejecutiva adjunta del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Geeta Rao Gupta.

Según la funcionaria, ese paso es clave, porque representa además la garantía de que los seres humanos que vienen al mundo no serán olvidados.

La inscripción abre el camino para que no se les nieguen sus derechos básicos o se les aparte del progreso alcanzado por sus naciones, advirtió a propósito del informe «El derecho de cada niño al nacer, inequidades y tendencias en el registro de nacimiento», lanzado por Unicef el 11 diciembre, en el 67 aniversario de su creación por la Asamblea General de la ONU.

El estudio presentado en el cuartel general de Naciones Unidas, en Nueva York, recoge datos de 161 de los 193 países miembros de la organización.

De acuerdo con Claudia Cappa, especialista de Estadísticas y Monitoreo de Unicef y autora del reporte, la muestra cubre el 80 % de los menores de cinco años en esos estados.

La cantidad contemplada es lo suficientemente representativa como para generalizar los resultados obtenidos, explicó.

UNA SITUACION PROPIA DE LA POBREZA

Para Geeta Rao Gupta el problema de los niños sin inscribir es «básicamente una historia de inequidad», porque los países más afectados coinciden con algunos de los más azotados por la pobreza.

La pesquisa de Unicef ubica entre los 10 estados con menores índices de registro a Somalia (3 %), Liberia (4 %), Etiopía (7 %), Zambia (14 %), Chad (16 %), Tanzania (16 %), Yemen (17 %), Guinea-Bissau (24 %), Pakistán (27 %) y la República Democrática del Congo (28 %).

Respecto a las naciones con mayor cantidad de pequeños en esa situación, India presenta a 71 millones, seguida por Nigeria (17 millones), Pakistán (16 millones), Etiopía (13 millones) y Bangladesh (10 millones).

De manera general, el sur de Asia y África subsahariana son las regiones más impactadas, con el 59 y el 37 % del total, respectivamente.

La investigación refleja los contrastes entre el mundo industrializado y el que está en desarrollo.

Mientras los países del Norte exhiben niveles de registro superiores al 90 % de los nacidos, muchas naciones del Sur ni siquiera alcanzan el 50.

El fenómeno tiene que ver con la ausencia de políticas, la pobre accesibilidad y desconocimiento de las mismas cuando existen, la falta de recursos financieros, las diferencias entre el campo y la ciudad y las cuestiones étnicas, dijo la directora ejecutiva adjunta del programa fundado en 1946.

Gupta agregó que también es un asunto de infraestructura, considerando que apenas en alrededor del 50 % de los países funciona de manera adecuada un sistema de registro civil.

Ese escenario no solo influye en el tema de las inscripciones, porque incluso entre los infantes registrados, uno de cada siete carece de certificado de nacimiento, un documento clave para ubicar a los menores separados de sus padres, evitar su abandono y garantizar la migración segura, expuso.

La funcionaria destacó que cuando los niños son registrados, los gobiernos están en mejores condiciones de planificar y dirigir los recursos hacia las áreas necesitadas de atención, «ya que disponen de estadísticas vitales sobre su población».

En ese sentido, resaltó el respaldo de Unicef a unas 80 naciones con el propósito de mejorar sus registros civiles.

Ya vemos los frutos de la colaboración, con 13 millones de pequeños inscritos gracias a la misma, solo en 2012, subrayó.

CUESTIÓN DE VOLUNTAD POLÍTICA

La Convención sobre los Derechos del Niño -adoptada por la Asamblea General en 1989 y en vigor desde septiembre de 1990- establece en su artículo 7 que «El niño será inscripto inmediatamente después de su nacimiento, y que los estados velarán por la aplicación de tal derecho, de conformidad con su legislación y las obligaciones internacionales contraídas».

Un ejemplo de lo que puede hacerse lo da la región de Latinoamérica y el Caribe, que muestra indicadores de registro de nacimientos a la altura de los países industrializados, con el 92 %.

Esos resultados ratifican que no es solo una cuestión de recursos económicos, y que en las naciones pobres también pueden lograrse avances, señaló a Prensa Latina Gupta, la directora ejecutiva adjunta de Unicef.

Al respecto, Claudia Cappa destacó que estados como Cuba, Chile y Uruguay van a la cabeza de la región y son de los pocos en el planeta con registro universal de quienes vienen al mundo.

Para la especialista de Estadísticas y Monitoreo de Unicef, la diferencia radica en que los latinoamericanos y caribeños establecieron metas e iniciativas para resolver el problema de los pequeños sin inscribir.

Gracias a esos programas tenemos avances como el de Brasil, que pasó en apenas dos décadas de un 64 a un 93 % de inscripciones, precisó a Prensa Latina.

EL CAMINO A RECORRER

Unicef considera que más allá de los obstáculos en el camino, los países deben tener como objetivo central de sus políticas garantizar el derecho de cada niño a ser inscrito y contar con su certificado de nacimiento.

Según refleja el fondo en su reporte, el cual no se publicaba desde 2005, están disponibles múltiples acciones para respaldar el hecho de que ningún infante quede a merced de flagelos como la pobreza, la explotación sexual y otros.

En ese sentido, mencionó la revisión de las legislaciones, el uso de modernas tecnologías y las campañas para promover la importancia del asunto.

Algunos países han demostrado que incluso bajo difíciles circunstancias pueden darse pasos, consideró Kendra Gregson, especialista en Protección de Menores.

La experta reiteró la necesidad de priorizar el tema, por su eventual relación con el trabajo y el matrimonio infantiles y el reclutamiento armado, aunque aclaró que Unicef no dispone de datos específico sobre dicho vínculo. Por su parte, Gupta convocó a la comunidad internacional a atacar las causas que impiden la inscripción de los niños al nacer.
diciembre 25/2013 (PL)

Tomado del Boletín de Prensa Latina: Copyright 2012 «Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.»

diciembre 26, 2013 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Sociología | Etiquetas: , |

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