El desarrollo de un moderno dispositivo de biosensores puede alertar de la alergia a alimentos de forma más amplia, efectiva y rápida.

Las alergias alimentarias sin diagnosticar y la adopción de dietas inadecuadas son factores que pueden menguar notablemente la calidad de vida de las personas, llegando incluso a producir la muerte. En la actualidad, más de quince millones de habitantes en Europa sufren alergias a los alimentos (incluyendo el 6 %  de los niños) y esta cifra crece de manera progresiva con gran coste social y económico. En este escenario, los test de alergia más comunes son pruebas caras y traumáticas, especialmente para los niños, además de suponer un riesgo a reacciones adversas. Por ello, se está trabajando en modelos y herramientas para agilizar y facilitar ese diagnóstico.

Un buen ejemplo lo representa Positive, un proyecto europeo multidisciplinar centrado en el desarrollo de un sistema de biosensores fotónicos de alta tecnología y orientado al reconocimiento de biomoléculas de los pacientes sintomáticos de reacción alérgica a alimentos. El objetivo de este proyecto, desarrollado por un consorcio de diferentes empresas e instituciones y financiado por la Comisión Europea, es la fabricación de un instrumento de bajo coste que realizará, en quince minutos y a partir de una sola gota de sangre, efectivas pruebas de alergia a, potencialmente, cientos de alimentos, de manera simultánea y sin riesgo para los pacientes.

En las consultas
Según Daniel Hill, coordinador de Positive e investigador de la Unidad de Materiales y Dispositivos Optoelectrónicos (UMDO) en el Instituto de Ciencia de los Materiales, de la Universidad de Valencia (UV), la idea es «instalar una máquina de alergia a los alimentos -rápida, efectiva y segura- en la consulta de cada pediatra, de forma que se puedan realizar pruebas durante los primeros años de vida de las personas», y ha añadido que «la tecnología incorporada permitirá, por una parte, efectuar el análisis con una sola gota de sangre, facilitando la extracción tan engorrosa a menudo en niños; y por otra, proporcionará un volumen de información mucho mayor de cara a la obtención de un diagnóstico más preciso».

Múltiples aplicaciones
El primer instrumento funcional, que estará construido en febrero de 2013, combina diferentes componentes tecnológicos que muestran múltiples aplicaciones en diferentes campos como, por ejemplo, el análisis de marcadores de sangre o los laboratorios de filtrados; algunos de ellos aparecen publicados en diferentes revistas científicas (IEEE Photonics y Lab on Chip, entre otras).

Según los cálculos del grupo, a partir de los bioensayos realizados con muestras de moléculas no humanas, «el prototipo final será capaz de obtener hasta diez mediciones diferentes de alergias alimentarias».

En la práctica, según destaca el investigador, el instrumento constará de controlador microeléctronico, interfaz de usuario, lector óptico, controlador de presión y un sistema fluídico para suministrar reactivos para los test.

Y para realizar el test, la muestra de sangre se cargará en un cartucho (dotado con sensores fotónicos sensibilizados para reconocer ciertas biomoléculas) y éste se introducirá en el instrumento. Los cartuchos son desechables y tienen todo el sistema microfluídico para recibir la muestra, procesarla y pasarla a los sensores.

Un barrido con fotosensores inaugura una nueva era en diagnóstico de alergias
enero 21/2013 (Diario Médico)

enero 22, 2013 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Bioingeniería | Etiquetas: , |

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