La artrosis está relacionada con el deporte, ya que toda actividad física que no se realice con la  preparación necesaria tiene mayor probabilidad de desarrollar esta enfermedad. Las lesiones y traumatimos producen un daño que lleva a una alteración de la estructura articular.

La artrosis no solo está relacionada con la edad y la mujer, sino también con el deporte. Cuando se realiza ejercicio, las lesiones y los traumatismos son lo que más inciden en el desarrollo de esta enfermedad, «porque ponen en marcha mecanismos de inflamación, y el daño que producen conduce a una incongruencia o alteración de la biomecánica y de la estructura articular», explica Tomás Fernández, del Servicio de Medicina y Traumatología del Deporte de la Clínica Cemtro, en Madrid. En este contexto, Diario Médico, junto a Bioibérica Farma, impulsa el programa «Artrosis Integral» para centrar la atención sobre el peso de esta enfermedad en la sociedad.

Todo deporte que se realice sin la preparación física necesaria puede derivar con mayor probabilidad en artrosis, según Ramón Cugat, coodirector del Instituto de Traumatología del Hospital Quirón Barcelona. No obstante, los deportes que están más vinculados a la artrosis son aquellos en los que se produce una mayor carga mecánica sobre la articulación afectada. Por lo tanto, señala Fernández, depende del deporte que se realice y de la articulación implicada, como es el caso de la rodilla en los deportes de levantamiento de peso y de carrera con impacto, o el hombro en la natación.

Prevalencia similar
La prevalencia entre los deportistas jóvenes es la misma que en el resto de la población, salvo si hay una lesión previa, intervención quirúrgica, trauma, etc. que produzcan que la artrosis se inicie en la articulación, como es la meniscectomía parcial de la rodilla.

Por otra parte, «las técnicas quirúrgicas que se emplean no buscan la prevención de la artrosis, sino la recuperación del deportista en el menor tiempo posible para que continúe con la vida competitiva», apunta Fernández. En el caso de los deportistas veteranos, la prevalencia es igual que en el resto de la población: en función del deporte, del trabajo que se haya realizado, de las lesiones previas, etc.

Diferencias por género
Existen diferencias en cuanto al género en la afectación articular para un mismo deporte, «ya que el sistema endocrino del hombre y de la mujer es diferente incidiendo de distinta forma en el sistema colágeno», explica Cugat. Aunque más que por el género, existe el síndrome de mala alineación para el deporte como es el valgo, la laxitud y la hiperextensión de rodillas, que condiciona una predisposición mayor para la aparición de las lesiones, comenta Fernández.

En cuanto al abordaje terapéutico, no es el mismo en el deportista de élite que en el aficionado. En el primero se tienen en cuenta el gesto técnico deportivo y la competición, que es la finalidad,  explica Fernández. En el deporte aficionado, continúa, lo que se pretende es que se siga practicando.

En el mundo del deporte, la intensidad de la artrosis no tiene por lo general relación con la intensidad del dolor. «Curiosamente, se puede tener poca artrosis con dolor intenso y una artrosis importante sin dolor», apostilla Fernández.

Diagnóstico precoz
Los médicos de equipo son los que se encargan de la prevención. Para ello, tienen que diagnosticar y tratar de forma precoz y ajustadamente las lesiones que se produzcan, ver la disposición de los jugadores, corregir las malas alineaciones, las correctas recomendaciones dietéticas, los cuidados personales, etc., apunta Fernández, y añade que no existe ningún procedimiento celular o de factores de crecimiento como terapia consolidada, homologada y basada en ensayos clínicos para el tratamiento de las lesiones artrósicas.

Prevenir mediante una buena preparación

Para prevenir las lesiones y los traumatismos y, por tanto, la posible degeneración articular, Ramón Cugat, miembro del gabinete de Cirugía Ortopédica y Traumatología de la Clínica del Pilar, en Barcelona, explica que se ha de realizar un entrenamiento adecuado, específico a cada deporte, manteniendo siempre un buen trofismo y balance muscular.

Es importante realizar correctamente cada uno de los movimientos del deporte, sin colocar el peso sobre determinadas articulaciones. También es de vital importancia entrenar con un calzado adecuado, además de hacer el calentamiento previo y los estiramientos después de practicar la actividad física, variar el tipo de ejercicio para no sobrecargar la misma zona del cuerpo y respetar el descanso que el cuerpo necesita.

«Para hacer deporte hay que estar en forma y no caer en el error de que para estar en forma hay que hacer deporte», añade el especialista.
septiembre 25/2012 (Diario Médico)

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