El grupo de investigación en Biología de las Células B del Instituto de Investigación Hospital del Mar (IMIM) en colaboración con investigadores del Mount Sinai de Nueva York, ha descubierto la existencia de neutrófilos en el bazo sin que exista infección.

Los neutrófilos son las primeras células que migran hacia los lugares de infección e inflamación para destruir los patógenos. Hasta ahora, la literatura científica había tratado a los neutrófilos como «soldados poco cualificados» que encargados de limitar la expansión de la infección, siendo la suya una primera acción que prepara el camino a otras células del sistema inmune encargadas de erradicar la infección de forma permanente.

«Este estudio ha descubierto que los neutrófilos se encuentran en el bazo en ausencia de infección, descubrimiento que aporta un conocimiento totalmente nuevo en el campo de la biología», explica Andrea Cerutti, coordinador del grupo de investigación en Biología de las Células B del IMIM, profesor ICREA y último firmante del artículo.

Los investigadores observaron que la presencia de neutrófilos en el bazo se iniciaba durante la vida fetal, sin que hubiera ningún proceso infeccioso en curso. El estudio se amplió a personas de diferentes edades y a otros mamíferos. La constatación en todos los casos de la presencia de neutrófilos en el bazo sugirió a los investigadores que estos desarrollaban una función diferente de la que se les suele atribuir.

«A través de diferentes enfoques experimentales hemos demostrado que los neutrófilos en el bazo adquieren la capacidad de interactuar con las células B o linfocitos B, induciendo la producción de anticuerpos, función que los neutrófilos que circulan por la sangre no son capaces de realizar «afirma Irene Puga, investigadora del IMIM y primera firmante del artículo.

Este hallazgo mejora la comprensión de los mecanismos por los cuales el sistema inmunológico nos protege contra la infección, requisito imprescindible para un mejor control de todas las patologías que están asociadas a esta. Asimismo, ante determinadas enfermedades, como la neutropenia (o deficiencia numérica de neutrófilos), habrá que estudiar no sólo la deficiencia de los neutrófilos sino también cómo afecta esta deficiencia a la producción de anticuerpos.

El trabajo abre la puerta al desarrollo de terapias más eficaces contra diferentes patógenos, como por ejemplo, vacunas que aumenten la capacidad de los neutrófilos del bazo de incidir en la producción de anticuerpos de los linfocitos B.
Diciembre 22/2011 (JANO)

diciembre 24, 2011 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Inmunología | Etiquetas: , , , |

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