Una edad gestacional baja en el nacimiento parece tener mucho que ver con una mayor mortalidad durante la 1ª edad adulta, con independencia del crecimiento fetal y otros factores perinatales y socioeconómicos, según se desprende de un estudio publicado en JAMA (doi:10.1001/jama.2011.1331).

Este estrecho nexo se observó entre nacimientos prematuros “tardíos” en la 34ª-36ª semana, aseguraron el Dr. Casey Crump y su equipo del departamento de medicina de la Universidad de Stanford (California).

“Que sepamos, se trata del 1er estudio que habla de la contribución específica de la edad gestacional en el nacimiento sobre la mortalidad en la edad adulta,” añadieron los investigadores.

“Los médicos seguirán hallando secuelas que dejan en la salud los nacimientos prematuros a lo largo de la vida del paciente por lo que tendrán que estar alerta de los efectos a largo plazo sobre los supervivientes, sus familias así como sobre la propia sociedad,” añadieron.

Estudios anteriores han analizado la relación que existe entre un bajo peso al nacer y la mortalidad en la edad adulta, pero ninguno ha analizado la edad gestacional, como factor en sí mismo. Para ello, el Dr. Crump y su equipo llevaron a cabo un estudio de cohorte de 674 820 bebés de feto único nacidos entre 1973 y 1979 en Suecia, a los que se les hizo seguimiento a lo largo de sus vidas para estudiar la mortalidad por todas las causas así como la mortalidad por una causa específica.

Los sujetos de su estudio tenían entre 29 y 36 años durante el seguimiento más reciente. El porcentaje de nacimientos prematuros en Suecia a finales de la década de 1970 estaba en torno al 5%. La prevalencia en esta cohorte fue de casi el 4.1% (27 979 nacimientos prematuros).

Hubo 7.095 muertes entre los sujetos del estudio. La mortalidad se asoció notablemente a una edad gestacional baja en el nacimiento durante la 1ª infancia, una relación que desapareció a medida que el sujeto iba adentrándose en la infancia y la adolescencia, pero que, volvería a aparecer durante la 1ª edad adulta.

La relación fue fuerte y lineal en la 1ª edad adulta entre los 18 y los 36 años de edad. Ajustando los datos para así tener en cuenta los distintos factores de confusión, incluido el sexo, año de nacimiento y orden de nacimiento del sujeto, la edad de la madre en el momento del parto, el estado marital de la madre y el nivel educativo de ambos padres, quedó confirmado que dichos factores de confusión influían poco en los cálculos del riesgo.

Un análisis que excluyó a los sujetos nacidos con malformaciones congénitas tampoco influyó en la relación que existía entre una baja edad gestacional y una mayor mortalidad durante la 1ª edad adulta. La mortalidad aumentó del mismo modo en sujetos nacidos al final del período prematuro de 34-36 semanas, añadieron los investigadores.

Cuando analizaron los datos por causa de la muerte, una baja edad gestacional en el nacimiento se asoció fuertemente a una mortalidad por trastornos respiratorios y endocrinos, seguido de trastornos cardiovasculares. En cambio, no se asoció de manera tan significativa a muerte por trastornos neurológicos, cáncer ni lesiones.

Este hallazgo coincide con informes de la literatura médica que relacionan la baja edad gestacional con patologías tales como asma, hipertensión, diabetes e hipotiroidismo a lo largo de la vida, explicaron el Dr. Crump y su equipo.

“Por el momento, todavía se desconocen cuáles son los mecanismos subyacentes pero podría ser una compleja interacción de anomalías nutricionales fetales y post-nacimiento, otras exposiciones intrauterinas, incluidas alteraciones de las hormonas sexuales y los glucocorticoides, así como factores genéticos comunes,” añadieron.

Los investigadores advirtieron que la prevalencia de los nacimientos prematuros en EE.UU. está por encima del 12%, más del doble que la prevalencia en esta cohorte. Casi todos los supervivientes, “tienen un nivel alto de funcionalidad y, según ellos, una buena calidad de vida,” si bien los resultados de este estudio revelan una mayor morbididad y mortalidad a largo plazo de la que cabría esperar, subrayaron el Dr. Crump y su equipo.

No obstante, cabe reseñar que los bebés prematuros de hoy día podrían variar mucho de los sujetos de este estudio ya que los cuidados nenonatales ha mejorado mucho desde el estudio. “No está claro hasta qué punto nuestros hallazgos pueden extrapolarse a otras cohortes, por lo cual, cualquier comparativa que se haga, deberá hacerse con cautela,” concluyeron.
Septiembre 21/2011 (Family Practice News )

Nota: Los lectores del dominio *sld.cu tienen acceso al artículo a texto completo a través de Hinari.

Crump C, Sundquist K, Sundquist J, Winkleby MA.Gestational age at birth and mortality in young adulthood.Publicado en JAMA ;306(11):1233-40. Septiembre 21/2011

septiembre 29, 2011 | Dra. María T. Oliva Roselló | Filed under: Pediatría, Problemas de Salud | Etiquetas: , , , |

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