Un estudio llevado a cabo en roedores por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición(CIBERobn), ha confirmado que la restricción calórica durante las primeras etapas de la gestación produce cambios en el metabolismo de la descendencia masculina y en las estructuras cerebrales responsables del apetito y del gasto energético.El estudio, que fue publicado en PLoS One (doi:10.1371/journal.pone.0017313), se realizó en un modelo murino pero sus resultados se pueden extrapolar a humanos. Los resultados sustentan la importancia de la nutrición desde el útero materno.

El trabajo demuestra que la restricción energética en las ratas gestantes, determina una menor inervación del tejido adiposo por el sistema nervioso simpático en la descendencia, ello dificultaría la movilización de los depósitos de grasa facilitando su acumulación. \»La reducción calórica en la ingesta de las madres en solo un 20% (lo que equivale a unas 1600 kilocalorías en humanos) produce alteraciones en la regulación hipotalámica del hambre-saciedad y en el gasto energético en la descendencia\», afirmó Andreu Palau, de la Universidad de las Islas Baleares y coordinador del equipo.

El estudio se llevó a cabo en las crías de doce madres diferentes divididas en dos grupos: a seis se les sometió a una dieta estándar de 3000 kcal/kg y al otro a una ingesta restringida en un 20% durante la primera mitad de la gestación.

Las crías fueron amamantadas hasta el día 21 de vida. En el día 25 algunos animales se sacrificaron para estudiarlos y los restantes se alimentaron con una dieta estándar.

A los cuatro meses, los machos sometidos a restricción calórica durante la gestación, presentaron un mayor peso corporal en comparación con los animales control. A continuación fueron expuestos a un alto contenido de grasas.

La ingesta de alimentos se determinó todas las semanas hasta que los animales alcanzaron los seis meses, que fue cuando se les sacrificó. La diferencia entre los dos grupos de animales fue considerable, sobre todo después de que recibieran una dieta con alto contenido en grasas.

La programación fetal, con memoria a largo plazo, sugiere una nueva estrategia para la prevención de enfermedades crónicas y debe comenzar por el acceso a una dieta equilibrada en las madres, para evitar tanto la delgadez excesiva como el sobrepeso.

Palou ha recordado que \»cuando el ambiente intrauterino -que es el que provee los nutrientes- no es el adecuado, el feto está obligado a adaptarse a condiciones adversas. Lo hace reduciendo su tamaño o alterando su metabolismo. De este modo, cuando llega a adulto tendrá una peor respuesta frente a la ingesta excesiva de azúcares y grasas\».
Abril 1, 2011 Diario Médico

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